HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDS

Capítulo 29: Status Bonds Pt. 1

Octubre de 1992.

Después de su discusión con el Antiguo Cabeza de Familia Slytherin, Hadrian se propuso llevar a sus amigos a conocer a las dos damas pintadas. No había tenido éxito en localizar el retrato de Dominic, y Salazar no tenía ningún retrato en el castillo propiamente dicho, así que esto era lo mejor que podía hacer. Como había terminado tan rápido su búsqueda de la cámara, los Slytherin les habían hablado a él y a sus amigos de una habitación especial en el séptimo piso del castillo, frente a un tapiz de Bárnabas el Chiflado que enseñaba a los trolls a bailar ballet. El tapiz era bastante memorable, ya que los trolls medían unos tres metros, eran bastante estúpidos y les quedaban fatal los tutús rosas. Pero le resultó bastante fácil encontrar el lugar y, siguiendo las instrucciones que le habían dado, se paseó tres veces por delante de la pared pensando en una habitación donde él y sus amigos pudieran reunirse y practicar magia sin que nadie los encontrara.

Una puerta de madera de aspecto bastante antiguo con cierres de hierro apareció en la pared en blanco frente al tapiz. Cuando abrió la puerta y el grupo entró, sólo pudieron mirar. Había una cómoda zona de estar con una chimenea y algunas estanterías para ayudarles en sus estudios. El otro lado de la habitación estaba separado por una pared transparente, claramente protegida, para que practicaran el lanzamiento. En ella había muñecos de entrenamiento, cojines y otros utensilios adecuados para que los niños los utilizaran. Y como había estado pensando en la necesidad de estudiar magia, y los Slytherin le habían ofrecido su ayuda, encima de la chimenea colgaba un gran retrato de los cuatro en una sala de estar. En la zona de prácticas también había un cuadro, esta vez de una plataforma de duelos, para poder ver mejor el trabajo de los niños con los hechizos u ofrecerles demostraciones.

Salazar dedicó la primera lección a responder preguntas sobre meditación y oclumancia. Hermione y Neville habían estado trabajando duro para dominar las habilidades, pero estaban teniendo problemas sin un maestro que los guiara. Los gemelos escucharon ávidamente y decidieron que ellos también practicarían. Todos sabían que Hadrian tenía secretos que no podía compartir con ellos, y estaban trabajando duro para adquirir las habilidades necesarias para estar a su lado a largo plazo. A Hadrian le conmovía que sus amigos estuvieran tan dispuestos a aprender algo que parecía tan difícil para otros de su edad sólo para poder ser mejores amigos suyos.

Cuando la lección con la familia Slytherin terminó por la mañana, todos se dispersaron en sus propias búsquedas. Hadrian aprovechó la tarde para localizar a Ginny y comenzar la primera fase del nuevo y mejorado plan para el año. Para ello, cuando la encontró, le impuso una compulsión de bajo nivel para matar a los gallos de Hagrid y drenar su sangre en ampollas que crecería cuanto más tiempo ella no cumpliera. También le aplicó un encantamiento de olvido, para asegurarse de que, una vez que completara la tarea, no recordara por qué lo había hecho. No esperaba que ella actuara de inmediato, y planeó que pasaran al menos un par de semanas antes de que fuera incapaz de ignorarlo.

Hadrian observó a Ginny con bastante atención, aunque permaneció encubierto para ver si empezaba a sucumbir a su compulsión. Dos semanas después de haberla colocado, se alegró de ver que ella se ponía más nerviosa cada hora. Anticipó que se escaparía del castillo en uno o dos días, si no lo había hecho ya.

Después de Transfiguración, Hadrian se dirigía solo a la biblioteca, ya que los demás habían salido corriendo a buscar otros libros antes de su habitual sesión de estudio. Estaba enfrascado en una lectura extraescolar y chocó contra lo que le pareció una pared sólida.  Frotándose la nariz, levantó la vista, sólo para descubrir que no era una pared con lo que había chocado, sino Hagrid. Llevaba una gallina muerta por el cuello y murmuraba algo sobre encantar el gallinero.

-Lo siento, Hagrid-, empezó Hadrian, -no estaba prestando atención-.

-No pasa nada, 'arry-, respondió Hagrid con una sonrisa cariñosa. -Me dirigía al despacho del director. O tienen un oso chupasangre o zorros atacándolos.  Tengo que preguntar sobre encantar el gallinero-. Sacudió un poco a la gallina para dejar claro su punto.