HARRY POTTER AND THE MAGIC OF BONDS

Capítulo 24: Subsumed Bonds

Mayo de 1992.

Tras la sigilosa expedición de Hadrian, el tiempo pasó rápidamente. Pronto los alumnos volvieron a las clases, refunfuñando por los deberes y pasando los fines de semana con sus amigos. Hadrian había advertido a sus amigos de todo lo que estaba ocurriendo, y prestó a Hermione el libro de Oclumancia que le había prometido para que pudiera empezar a aprender. La nueva varita de Neville supuso una enorme diferencia en clase, y ahora estaba entre los diez mejores de su curso. Aún le costaba un poco hacer las prácticas, pero el daño que le había causado usar una varita que no era la suya se estaba resolviendo poco a poco y, por lo tanto, sus lanzamientos estaban mejorando. 

Hadrian había mencionado la extraña sensación que le producía el profesor Quirrell en una de sus muchas charlas con Severus, tanto con Draco como sin él. A ninguno de los demás amigos de Hadrian se les permitía entrar en la habitación del profesor, pero sabían que los dos chicos lo visitaban con regularidad. Todos mantenían la mirada baja alrededor del director, pero hasta el momento, él no había intentado hablar con ninguno de ellos, excepto con Hadrian. Ahora que sabían que el director estaba empujando definitivamente a Hadrian hacia la piedra, comprobaban regularmente el pasillo del tercer piso, asegurándose de que la puerta seguía cerrada y de que podían oír al cerbero gruñendo, o roncando, detrás de la puerta. Aunque ya conocían todas las protecciones y cómo burlarlas, no querían ir allí hasta que Dumbledore lo considerara oportuno.

Así que, con un misterio resuelto, Hadrian volvió su atención a la sensación que le producía Quirrell. El tartamudeo y el ajo seguían siendo aborrecibles, pero no creía que la sensación estuviera relacionada con eso. Había discutido la sensación con Zils, había hablado de ello con Hedwig, aunque por supuesto ella no podía responder de ninguna manera específica, y había tenido largas e involucradas discusiones con Severus y Draco. Todos habían decidido ser algo circunspectos con lo que discutían con Neville y Hermione mientras no tuvieran barreras mentales. Los dos lo comprendieron, y se habían lanzado a la meditación y la práctica con muy buena voluntad. Una noche de junio, cuando Draco y él habían vuelto a hablar de la sensación una vez más, Hadrian había mencionado una punzada especialmente dolorosa que había tenido a principios de semana.

De repente, Draco se sentó como un poseso en el sofá del piso de Hadrian, le clavó una expresión especialmente mordaz y preguntó -¿Podría ser él también un horrocrux?-.

Hadrian se quedó mirando. ¿Cómo había podido estar tan ciego?.

Se dio un golpe en la frente, se levantó de la silla y empezó a pasearse por la habitación. Murmuraba sobre todas las sensaciones que había notado en particular, las punzadas de su cicatriz, el dolor punzante y ardiente que había estado sintiendo últimamente, cómo parecía empeorar cuanto más cerca estaba del hombre.

-No es exactamente lo mismo-, dijo finalmente, dejándose caer en su silla.  -Con los otros no era doloroso, sólo fuerte. Pero tal vez porque éste es... ¿Sentido? ¿O al menos el recipiente es sensible?-.

-Mierda-, dijo Draco, de repente con cara de ceniza. -¿Y si no es un horrocrux, y si está poseído?-.

Hadrian gimió -Merlín, tienes razón. Los otros no eran dolorosos porque sólo eran trozos. Pedazos viejos. Piezas que no saben nada de mí. Este podría ser el verdadero trozo activo del alma del Señor Tenebroso y sabe por qué fue a por mí, ¡y que fui yo quien lo mató!-. La voz de Hadrian había subido al menos dos octavas en su pánico rápidamente creciente.

-Vale, vale, cálmate-, dijo Draco, tirando de su hermano para que se sentara a su lado. -Está claro que ahora mismo no es capaz de hacerte un daño grave, de lo contrario ya lo habría hecho-. Hadrian contuvo el aliento y lo soltó en un suspiro racheado, recordándose a sí mismo la verdad de la afirmación de Draco. -Severus sabe que Quirrell va detrás de la piedra y, por desgracia, Dumbledore también. Pero de cualquier modo, varias personas lo saben y están vigilando-.