XXV: Llamas Interrumpidas.

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Lunes, 6:55 am.

Hoy por fin hablaré con Taylor, no me siento en las condiciones para hacerlo, de hecho ni siquiera quería venir a la escuela hoy, pero si resuelvo este asunto será un problema menos en qué pensar. Además, no quiero perderla, ella es el único gramo de cordura y alegría que tengo en mi descabellado mundo caótico.

Este fin de semana fue una verdadera tortura, no he logrado asimilar nada y me frustra no saber cómo reaccionar a esto, siento de todo y a la vez no siento nada. Como si mi alma tuviese un agujero negro que absorbe todas mis emociones, pero a la vez estas luchan por salir de él. Un agonizante vacío melancólico me aprisiona.

Suelto un largo suspiro mientras camino por el pasillo, con mi expresión amarga de todos los días, pero esta vez tengo motivos.

Me dirijo al salón de Taylor, es la primera persona que quiero y necesito ver.

—¡Ethaaan!—y ella la última.

Bufo con amargura al escucharla detrás de mí, sé que viene corriendo, escucho el "tac" que producen sus zapatos de muñeca al dar cada paso. Me preparo para la asfixia.

—¡Ay, al fin te veo! ¡Qué falta me hiciste!—me dice aferrándose a mí cual garrapata.

¿Qué no puede dejarme en paz un segundo tan siquiera?

Me quejo mentalmente.

—¿Me extrañaste? Dime que me extrañaste.—me dice con su voz aniñada—Yo sí te extrañé mucho.

Suspiro.

—¿Sigues molesto conmigo?—pregunta.

Claro que sigo molesto con ella, hizo llorar a Taylor.

—Sí, ahora ya vete.—espeto con rudeza, apartándola de mí. Ella pone ojitos de cachorro.

—Lo siento mucho, Ethan, no estés molesto, ¿sí?—intenta acercarse, mas la vuelvo a apartar—Por favor.—suplica.

La miro con indiferencia mientras ella intenta manipularme.

—¿Qué tengo que hacer para que me perdones?—pregunta juntando sus manos.

—Disculparte con Taylor y admitir que mentiste.—me cruzo de brazos.

Ella suelta un quejido de indignación.

—¡Claro que no! ¡Yo no mentí y no me disculparé!—reniega con altanería.

Me encojo de hombros.

—Bien, entonces despídete de nuestra amistad.—le digo despreocupado, volteando para largarme. Ella inmediatamente me toma de la manga de mi saco para determe.

—¡No, espera! ¡Ethan!—grita mientras me sujeta—No te vayas.

—Si no vas a cumplir la única condición, no tengo nada que hacer aquí.

Ella parece pensar un poco y se da por vencida.

—¡Agh! ¡De acuerdo! Lo haré.—accede—Mentí, ella no me hizo nada y sólo lo dije por celos.

Arqueo una ceja.

—¿Feliz?—pregunta.

Niego ligeramente.

—No te has disculpado con Taylor.

—¡Agh!—se queja—¿Es necesario?

Asiento con seriedad, ella bufa.

—Bien, me disculparé con ella cuando la vea.—dice con capricho, cruzándose de brazos.

—Excelente, porque de hecho voy justo a buscarla, ¿vienes?

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora