Sus manos recorrían con lentitud su núcleo y haciendo una ligera presión en ella. Dejó escapar un gemido entrecortado y se mordió los labios mientras cerraba con fuerza sus ojos y comenzaba a jadear con más fuerza conforme aumentaba el ritmo y dejándose llevar vergonzosamente placenteramente.
Sin embargo sus movimientos a meter sus dedos seguían siendo tímidos y delicados, el sonrojo en sus mejillas la hacían verse tremendamente adorable y delicada. Abrió sus piernas y siguió tocándose, liberando gemidos cada vez más agudos y suspiros temblorosos.
—Miguel... —jadeó en voz baja. —Miguel…ah...
Siguió tocando más rápido, arqueando su espalda y ahogando más gemidos. Sus manos se movían desesperadas por su cuerpo para finalmente llegar a su ansiado clímax. Presionó más sus dientes contra su labio inferior y apretó sus ojos al momento.
Enterró su rostro en sus sábanas blancas y sacudió violentamente su cuerpo al sentir muy mojada la zona. Aquello la hizo lloriquear y temblar entre suspiros. Sus labios se hallaban rojizos y brillantes debido a la saliva que se hallaba en ellos, así que se los relamió y aspiró profundamente el olor de su cama.
Abrió sus ojos que se hallaban brillantes de placer, con sus pupilas dilatadas y el cuerpo ligeramente sudoroso. Se tornó completamente roja al pensar nuevamente en lo que había hecho y sobre todo el nombre que se había escapado de sus labios.
Apretó sus labios y ahogó un chillido agudo en su garganta y se levantó de la cama. Cogió unos pañuelos que se hallaban en su escritorio y comenzó a limpiar su pequeño desastre.
Soltó un pequeño suspiro cuando finalizó y tiró el pañuelo a la basura. Se colocó su pijama y se deslizó dentro de su cama aún con los ojos muy abiertos y pensando seriamente en lo que comenzaba a pasarle. Habían pasado cuatro días desde que Miguel le hizo unas cortaduras después de que salieran a "imprimir" las hojas de la profesora.
Terrible, sin duda terrible. Siguió dando vueltas en su cama cuando escuchó un mensaje llegar. Se incorporó y cogió su teléfono que se hallaba cargándose y lo desbloqueó para entrar a WhatsApp. Se sorprendió bastante al ver que le había llegado un mensaje de Miguel O'Hara. Tenía su número ya que el mayor le había literalmente exigido que se lo diera.
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𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓 || 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐎'𝐡𝐚𝐫𝐚
Random"Los peores mounstros no se esconden debajo de nuestras camas...sino dentro de nuestras cabezas." -Primer libro de "INNOCENT"