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Miguel POV

"Comenzamos con terribles noticias el año. Una nueva masacre se ha desatado en Oregón en la víspera de año nuevo. Los vecinos contactaron a la policía, aparentemente dos mafias o más se encontraron en una cena que ha acabado con muchos muertos. Pocos siguen con vida mientras que tres siguen desaparecidos. Claudia, Miguel O'Hara y Laura Johnson fueron vistos por última vez huyendo de la escena, si conocen información acerca de su paradero se les suplica informarle a la policía nacional. Están siendo buscados mientras las víctimas están en el hospital tratando de recuperarse. Esperamos mejores noticias pronto..."

Apago la radio de un golpe y suelto un suspiro pesado antes de darle una mordida a la manzana que llevo en mis manos. Lanzo mi cabeza hacia atrás reposándola en el respaldo del sofá y observando el techo agrietado. Mis piernas comienzan a dormirse y a cosquillear pero no me atrevo a moverlas. Parece que después de casi seis horas gritando y llorando sin parar Laura se ha quedado dormida. Tuve que abrazarla y dejarle que me llenara la camisa de lágrimas y mocos hasta que finalmente las fuerzas la abandonaron por completo y terminó enroscada en el sofá, apoyando su cabeza en mis piernas, dándome la espalda y respirando entre sollozos hasta que cayó.

La observo todavía profundamente dormida en mi regazo, luce tan frágil... Suelto otro suspiro y gruño pasando mi mano por mi cabello repetidas veces. Muevo un poco mis piernas pero no quiero despertar a Laura así que el movimiento no es fácil en lo absoluto. Peino un poco su cabello revuelto hasta hundir con suavidad mis dedos en su cuero cabelludo y dar un pequeño masaje.

Vuelvo a mover mis piernas, levantando con suma delicadeza su cabeza y separándome de ella. Vuelvo a colocar su cabeza en el sofá con delicadeza y me reincorporo. Hemos pasado toda la noche en la posición y mis piernas duelen en demasía. Camino un poco para destensar mis piernas y reviso los mensajes que tengo. Mantengo la vista en el último justo cuando tocan la puerta. Me acerco lentamente y abro la puerta con mala cara, realmente no me apetece la idea pero necesito que alguien cuide a mi muñeca mientras yo no estoy.

—¡ESOS IMBÉCILES HIJOS DE PUTA! —grita Claudia hecha una fiera y empapada de sangre de pies a cabeza.

—¡Cállate maldición! —siseo entre dientes.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓 || 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐎'𝐡𝐚𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora