¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Atrapa!
Laura reaccionó justo a tiempo para atrapa la pluma que Peter le había lanzado, agradeció con una sonrisa y se volteó para seguir prestando atención a la clase del profesor.
— Bueno, no es de esperar que sea nuevamente la joven Johnson quien haya sacado la nota más alta respecto al trabajo de literatura. — Dijo su profesor mientras se acercaba a ella entregándole su evaluación.
Laura esbozó una sonrisa.
— Felicidades jovencita.
Laura se sonrojó levemente al ver que estaba a nada de la puntuación máxima.
—Para alguien de su edad escribe con mucha profundidad y sentimiento, me gustaría que pasara a leerlo frente al salón. ¿Le importaría?
Laura se tornó completamente carmesí.
— Ande, sé que puede. —El profesor le sonrió tiernamente.
Laura asintió tímidamente mientras se levantaba torpemente de su silla, tirando sus hojas. Se inclinó rápidamente a recogerlas pese a las risas de fondo de unas chicas, risas que fueron calladas rápidamente con la mirada asesina de Peter.
Laura pasó la mano por su cabello haciendo suspirar a uno que otro chico y se colocó frente a la pizarra con su texto en manos, sus manitas lo agarraban firmemente pero ocultando su rostro detrás con cierta pena.
—Bien Laura, lee la descripción de la persona que ha marcado tu vida frente a todos. Estamos ansiosos por escucharte. —Lo animó el profesor.
—S-sí profesor. —Dijo mientras acercaba el texto a su rostro.
Tomó una pequeña respiración, ligeramente avergonzada de lo que había puesto. Mordió su pequeño labio y se dio ánimos.
—Su mirada era profunda, como el océano p-pacífico. —Comenzó en voz baja.
—Y peligrosa al mismo tiempo, como si hubieran mil tiburones rodeando un pequeño barco. —Aumentó un poco el tono de su voz. — T-tiene el cabello oscuro como la noche, como el pelaje de una pantera a punto de brincar sobre su presa. Pero no tengo miedo, solo me quedo quieta esperando a que ataque.
