𝐈𝐕

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2009, Australia.

Era una mañana de Lunes cuando Chris se encontraba corriendo por la escuela buscando desesperado a Lizzie, sus padres habían hablado con él la noche anterior sobre algo que involucraba a ambas familias y quería saber si ella estaba enterada.

La encontró jugando a saltar la cuerda con su grupo de amigas, no le importó mucho y la tomó de la mano para apartarla un poco, escuchando como las otras niñas coreaban un agudo "uhhhh".

—Hey, ¿Qué sucede? —La chica decide ignorar a sus amigas, poniendo toda su atención en Chris.

—Tú... —su voz salía entrecortada y agitada por tanto correr. Da una gran bocanada de aire antes de continuar. — ¿Tú sabías que iremos de viaje este fin de semana?

—Ohh, así que es eso —Lizzie ríe con fuerza, por eso se vía tan emocionado y había estado corriendo para encontrarla.

—No te rías, Mar, entonces sí sabías.

—Claro, me lo contaron el sábado —se burla un poco —Mis padres me dijeron que lo estuvieron planeando hace algún tiempo junto a los tuyos.

— ¿Te dijeron a dónde iríamos? —se sentía tan emocionado que no esperó su respuesta para seguir hablando. — ¡Iremos al lago Hume!

Aquello da comienzo a que el par de amigos empiece a planificar cosas para hacer durante su estadía este fin de semana, Chris llevaría su guitarra y Lizzie algunos de sus juegos de mesa para disfrutar el tiempo, además de un par de walkie talkies para poder comunicarse cuando estuvieran lejos. Hablaron de la posibilidad de que sus padres rentaran algún bote para pasear, también sobre que podrían nadar o pescar, demasiados planes para solo un fin de semana.

—Mis padres dijeron que podía invitar a Luke si quería, pero él me dijo que no podría ir...

—Oh, es una pena —No lo era —Quizás en otra ocasión pueda acompañarnos —. Intenta subirle un poco el ánimo.

La verdad, es que estaba feliz de que ese niño molesto no fuera, pero eso no tenía por qué saberlo Lizzie.

❖ ◦ ❁ ◦ ❖

Era viernes por la tarde cuando ambas familias se encuentran en la carretera a la altura de Prestons para comenzar el viaje todos juntos en sus respectivos autos. Lizzie y Chris usaban sus walkie talkies para ir hablando durante el camino, les esperaba un largo viaje de aproximadamente 6 horas.

Durante gran parte del trayecto no dejaban de hablar sobre lo que veían, incluyendo en algunas ocasiones a sus hermanos o padres a las conversaciones.

Cuando cayó la noche los únicos despiertos en los vehículos eran los adultos.

Llegaron a las cabañas cerca de la media noche, por lo que los padres de ambas familias fueron a anunciarse y a buscar la llave de la cabaña donde se hospedarían para que así sus hijos puedan dormir plácidamente.

A la mañana siguiente se despertaron muy temprano para poder aprovechar el día, ambas familias desayunaron reunidos, todos los niños se encontraban sentados una pequeña mesita que había en el porche mientras los adultos los veían desde el salón-cocina. Los padres planificaban lo que podrían hacer luego de comer, recibiendo algunas (muchas) sugerencias de sus hijos.

Afortunadamente, el clima era agradable; cielo casi despejado, con algunas nubes, la brisa fresca y el sol brillante, para ser otoño, aún quedaban vestigios del verano. Era perfecto.

Durante la mañana se quedaron por el espacio que ofrecía el camping, nadando por las zonas que se encontraban delimitadas en el lago, los padres de familia rentaron una pequeña canoa para ir con sus hijos, lamentablemente para estos, debían turnarse pues la canoa solo tenía capacidad para cuatro personas, ocasionando una pequeña discusión entre los pequeños sobre quienes irían primero. Todo esto siendo observado por sus madres que se encontraban intentando disimular sus risas, sin intervenir, era algo de lo que deberían encargarse sus esposos, ellas solo observarían mientras cuidan del pequeño Lucas.

𝑩𝑼𝑮𝑨𝑴𝑩𝑰𝑳𝑰𝑨 || 𝗕𝗮𝗻𝗴 𝗖𝗵𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora