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2011, Australia.

—Lizzie, ¿Y si vamos a la playa a surfear? —Pregunta Luke en un intento para que Lizzie vuelva a salir de su casa.

—No lo sé Luke, no tengo ganas.

Lizzie se encontraba recostada en su cama en posición de estrella, desde que Chris se fue que no salía de su casa después de volver de clases.

A su familia y a Luke esto le preocupaba, si bien este último había estado yendo a su casa para animarla y estar con ella, ya no sabía qué hacer para poder subir su ánimo. Veía a la chica estar en una especie de piloto automático, comía y hablaba como siempre, pero ya no quería salir de la casa, ya no reía como antes, no se molestaba mutuamente con su hermano y lo que más le preocupaba, es que no había llorado cuando Chris se fue.

No lloró en ese momento ni después.

—Lizzie, tienes que volver a salir en algún momento —. Se acerca a ella para tomarla de la mano y que así lo mire. —Ya han pasado meses desde que se fue.

—Lo sé, Luke.

Justo en ese momento el teléfono de la chica vibra y la pantalla se enciende, ella rápidamente se incorpora para tomarlo, pensando que podía ser un mensaje de Chris, pero no es así. Solo era un recordatorio de que la última función de la obra sería el día de mañana, por lo que tenía que cuidar su voz.

—Me preocupas Lizzie, ni siquiera haz llorado.

—No puedo descuidar mi voz y mi garganta Luke, necesito estar bien para mañana.

— ¿Y después de eso que vendrá, Lizzie? Te volverás a llenar de otros trabajos para distraerte de lo que sucede, ignorar la realidad.

—Ya basta, Luke.

Ambos comenzaban a impacientarse.

—No, ya estoy cansado de que no me digas que te sucede, tu familia y yo estamos preocupados, Luis ha llorado porque ya no juegas con él, incluso no has querido ir a las cenas en la casa de la familia de Chris —. La mirada del chico es seria, mientras que la de ella comienza a ser brillosa.

Lagrimas silenciosas comienzan a caer por las mejillas de Lizzie, no quería pensar en lo que estaba pasando, no quería afrontar la realidad.

No quería aceptar que Chris se había ido y que no sabía cuándo lo volvería a ver.

Si bien se mensajeaba con él, no era lo mismo, la diferencia horaria era de dos horas, pero el chico se mantenía ocupado la mayor parte del tiempo. Cuando no estaba en clases, estaba con sus prácticas en la empresa. Había días en los que no hablaban, así como otros en los que la conversación no duraba más de 10 minutos.

Todo esto dejaba un gran dolor en el pecho de la chica.

—Basta Luke, por favor... —Susurra, ahogando un sollozo.

—Lizzie...

—Me duele, duele mucho todo esto —. Aprieta sus manos formando puños. —Sé que ya se fue y que ha pasado tiempo, pero me duele y no puedo hacer nada al respecto, solo seguir con mi vida.

—Tienes que soltar todo lo que sientes de alguna forma, Lizzie, no puedes seguir ocultándote —. La voz del chico sale suavemente de sus labios. —Todos en esta casa estamos esperando a que salgas y te abras con nosotros, no estás sola.

Justo en ese instante la puerta del cuarto de la chica se abre despacio, dejando ver a su hermano pequeño quien se acerca con cuidado a donde está el par de amigos.

Sin decir nada, solo mirando la situación, se lanza sobre su hermana para abrazarla, logrando que ella por fin se rompa en un gran llanto.

Era justo lo que necesitaba.

𝑩𝑼𝑮𝑨𝑴𝑩𝑰𝑳𝑰𝑨 || 𝗕𝗮𝗻𝗴 𝗖𝗵𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora