Capítulo 1

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Sophie Beckett sabía muy poco de su pasado, sólo recordaba a su abuela que era una mujer latina regordeta que no podía mantener a su nieta, por lo que la dejo con su padre. Quien al verla no pudo negar que era su hija bastarda, claro nunca lo dijo en voz alta, solo le menciono a los empleados que la niña era su pupila.

Sophie estaba en su habitación la noche en que su padre el conde Penwood falleció, desde allí escuchaba a los sirvientes subir y bajar, dando indicaciones; ella se quedó allí sentada en su cama, que será de ella si el único que velaba por su bienestar había muerto.

No es que el conde fuera especialmente cariñoso con Sophie; antes del matrimonio con Araminta solo lo veía una vez al año, le preguntaba sobre sus estudios y eso era todo. Después del matrimonio, a penas si lo veía, pero había escuchado de una de las sirvientas que el conde se había negado a echarla cuando Araminta se lo ordenó.

Pasaron dos días, sin que nadie se molestará en tocarle la puerta, Sophie tampoco quería salir, tenía la esperanza que Araminta se había olvidado de ella y no la obligaría a irse.

Escucho el golpeteo de la puerta.

- señorita Sophie.

Llamo una de las doncellas, Sophie asomó su rostro por la puerta.

- deberá comer algo - le pasó una bandeja con comida - la condesa viuda está en una reunión con el abogado y el nuevo conde, debe cambiarse puede que el abogado le dé una buena noticia.

Sophie no sabía que buena noticia podría ser, pero una niña de doce años podía soñar, tal vez el conde decidió que ella estuviera bajo el cuidado de su institutriz hasta que estuviera en edad para debutar y una anualidad después de eso; era un sueño hermoso.

Pero muy lejano de la realidad, apenas termino la reunión el abogado y el nuevo conde se retiraron, escucho a Araminta gritar llamandola, Sophie no quería ir, pero sabía que no serviría de nada esconderse.

- Sophia Marie Beckett! - grito por quinta vez.

Ella salió detrás de una columna, con la cabeza baja y deseando un milagro, se acercó a la viuda.

Araminta tenía los ojos llenos de fuego cuando al fin la niña levantó la mirada.

- para el conde no fue suficiente obligarme a vivir contigo cuando estuvo vivo, ahora pretende que me quede contigo hasta que tengas veinte años! - agarró el rostro de la niña con furia- Pero no pienses que vas a seguir viviendo como una princesita, tienes que ganarte tu lugar aquí. Ya le informe a los sirvientes que transladen tus pertenencias a una habitación que represente la clase que tienes en realidad.

Eso fue todo lo que le dijo sobre el testamento de su padre, Sophie tenía ocho años con un techo asegurado, después de eso, no sabía que iba a hacer.

Pasaron diez años desde que su vida había dado un giro de ciento ochenta grados, sus tareas diarias era ser la doncella de la condesa viuda y sus hijas, que no desaprovechaban en dejarles mil tareas diarias, haciendo que Sophie siempre se quedará dormida del cansancio, sobre su cama dura, en la habitacion más pequeña de los sirvientes.

Esa noche era el baile de máscaras de los Bridgerton que celebraban el cumpleaños de la vizcondesa viuda; la condesa viuda y sus hijas estaban emocionadas con la noche, ya que Araminta estaba segura que su hija mayor, podría conseguir al segundo hermano Bridgerton, ya que el vizconde y el tercero ya se habían casado, con la extranjera Kate Sharma y Penelope Featherington respectivamente.

Sophie corría por todos lados de la casa, ayudando a las señoritas y su madre, para cuando terminó, tenía deseos de descansar, porque no había tenido una noche libre en meses.

La Noche que Cambio Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora