Capitulo 24

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Ese domingo iba a cumplirse un mes desde que Sophie y Cynthia habían llegado a Londres, ambas caminaban tomadas de las manos por la ciudad. Sophie estaba aprensiva con la posibilidad de encontrarse con sus viejos fantasmas, por lo que caminaba con apuro, haciendo que al llegar a la institución la niña estuviera cubierta en sudor.

- señora Marshall, porque trae a la señorita en ese estado?

- lo lamento, el clima esta precioso y le insistí a Cynthia venir a pie, pero en el camino habían unos hombres que no traían buena pinta.

- entiendo, sigan por favor, les serviré unas limonadas mientras llegan las otras niñas que salieron.

después de dos horas descansando Sophie se despidió de la niña para luego marcharse, empezó a caminar con prisa, haciendo el dolor de pies más intenso, por lo que al pasar por un parque decidió descansar un poco, con disimulo se quito los zapatos aprovecho su gran falda para reposar las plantas de los pies sobre el césped, quedándose allí por varios minutos. 

Cuando volvió a agarrar fuerzas se calzo sus zapatos, para continuar su camino, llevaba dinero en su cartera, pero sabia que debía ahorrar, a pesar de que solo tenia a Cynthia los domingos, la niña le encantaba pedir comidas especiales, paseos, dulces; Sophie sabia el valor del dinero, pero no tenia corazón para negarle algo a la niña, no después de todo por lo que había pasado, de alguna manera Cynthia le recordaba a una versión diferente de su propia vida, que hubiera pasada si el conde Penwood la hubiera dejado al cuidado de las religiosas asi que siempre le cumplía todos los caprichos a la niña.

Asustada de encontrarse con alguno de los Bridgertons mientras pasaba por Mayfair ya que su apartamento quedaba a unas calles de distancia, decidió desviarse por otra calle, ya había leído de lady Whistledown que la familia de Benedict había vuelto de Bath semanas atrás, pero ni siquiera la cronista sabía dónde estaba su amado.

Mirando por el hombro en cada paso que daba vio como el ambiente cambiaba, no fue hasta que le zumbaron sus oidos, sintió la piel chinita en sus brazos y un frio por la espalda baja, por instinto se escondio detras del primer arbusto que encontro sin saber de que se estaba escondiendo.

- Señor Bridgerton

Sophie reconocio la voz de Araminta, espero que el caballero respondiera pero no lo hizo, por lo que no sabia a quien habia saludado, sin embargo recordo que a Anthony debian de saludarlo como lord Bridgerton, y a Colin como lord Featherington, no como señor, por lo que era demasiado probable que aquel caballero no fuera otro si no el hombre de sus sueños; una parte de ella queria verlo, por lo que intento ver a través del arbusto, logrando ver a la mujer que tanto la detestaba, sin quererlo su cuerpo empezó a temblar.

Recordo de inmediato  que ya no era la señorita Beckett, ahora era una viuda, se reprendio de lo tonta que se veia en ese momento, unas lagrimas salieron de sus ojos involuntariamente, no habia notado que temblaba.

- Señorita se encuentra bien.

Sophie queria ver a quien se dirigió Benedict, por lo que levanto la cara para buscarlo entre los arbustos, este había desaparecido, una sensación extraña le recorrió la espalda, esa misma sensación que se siente cuando alguien nos observa, Sophie giró su cara, con lo que no contaba era con que lo veria a los ojos, sintio tanta gozo al verlo que no pudo evitar llorar.

(...)

Había imaginado muchas veces con reprender, con obligarla a decirle porque lo había abandonado, porque no lo había elegido, pero solo fue verla llorando para que todo su odio fuera derretido como un hielo a la interperie de un caluroso verano, verla tan vulnerable le apreto el corazon.

- Sophie

Fue lo único que dijo, la ayudo a levantarse, ella tenia algunas ramas en el cabello, que Benedict con sumo cuidado le ayudo a quitarse, luego con sus manos le agarro el rostro como si se estuviera asegurando que era ella, Sophie puso sus manos sobre las de el, era un momento cargado de intensidad, hasta que Benedict detallo la mano de su amada, había un anillo en ella.

La Noche que Cambio Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora