Capítulo 2

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Habían pasado quince días después de la mejor noche de la vida de Sophie Beckett; el recuerdo de los labios del segundo Bridgerton todavía le quemaban y ella sospechaba que así seguiría. Esos días había tenido un buen estado de ánimo que a pesar de varios intentos de Araminta por quitárselo no lo había logrado.

Eran las diez de la mañana; estaba ayudando a la cocinera a cortar un pollo para el almuerzo de ese día, cuando tocaron la puerta.

- es posible que la señorita Rosemund consiguiera un pretendiente? - comento la cocinera

- puede ser, después de todo es bella. - respondió una fregona.

- lo que queda olvidado cuando la conocen - murmuró la cocinera.

Las mujeres rieron a lo bajo.

- podría ser para Posey - añadió Sophie.

Esta vez se rieron más fuerte.

Sophie negó con la cabeza y volvió a su tarea.

- no van a creerlo, el señor Bridgerton vino preguntando por las hijas de la condesa - llegó un ayudante corriendo.

Sophie casi se corta un debo con el cuchillo, se limpio las manos y salió de la casa, luego camino hacia uno de los vitrales que tenía una abertura pequeña donde podía ver el interior del salón

Por dios, él me está buscando pensó

Su estómago se heló, ahí estaba Benedict Bridgerton, acompañado de una dama pelirroja, cuando le vio el rostro, Sophie palideció, era la misma mujer que le vio la cara la noche de la fiesta.

Esa noche cuando la vió le rogó a los cielos que no tuviera ningún parentesco con Benedict, pero ahora se daba cuenta que la suerte no estaba de su parte.

Cuando Araminta entro al salón, saludo a los presentes, la dama pelirroja tenía que ser la esposa de Colin porque su madrastra la había llamado "señora Bridgerton". Era la conclusión lógica, porque Benedict solo tenía dos hermanos casados, el vizconde y el tercero. Por lo que aquella dama según lady Whistledown tendría que ser Penelope Featherington.

Pudo ver en los ojos de ambos la decepción cuando entraron Rosemund y Posey. Lo que alegró a Sophie ya que Benedict ni siquiera miro a su cuñada para verificar.

Las condenadas muchachas no hacían otra cosa que quejarse de ella en frente de la visita, Sophie sólo agradecía que Benedict no conociera su nombre.

- no tiene más hijas? O familiares?

Escucho decir a Penelope, claramente Araminta lo negó. Porque Sophie Beckett para ella no era más que una empleada en esa casa. Algo le dijeron a los recién llegados para que se levantarán disculpándose.

Se asomó por el borde de la casa, vio a el auxiliar del cochero decirle algo a los dos que hizo a Penelope perder el equilibrio, Sophie en un impulso salió de su escondite con la intención de ayudarla, pero se arrepintió, Benedict la atrapó y la subió al carruaje como si la dama fuera una pluma, después el se subió no sin antes mirar la casa y a Sophie que se había quedado como una estatua, luego se acomodó y el carruaje partió.

Sophie no estaba segura si Benedict se había fijado en ella, pero como fuera se había ido. Cuándo dio dos pasos para devolverse vio a Araminta mirándola desde la ventana, la ignoró y entro por la puerta de la servidumbre, para seguir en su tarea, varios minutos después escucho a Araminta llamándola.

Ella no estaba segura donde estaba, porque no estaba ni en el salón, ni en las habitaciones, volvió a escuchar su nombre en un grito; ella lo entendió, Araminta estaba en su habitación.

La Noche que Cambio Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora