Capitulo 36

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Benedict se despertó con el frío recorriendole las piernas, abrió los ojos pesadamente para ver su alrededor, Sophie aún dormía tranquila a su lado, lo que le hizo sonreír, se levantó de la cama y cerró las cortinas de esta para concentrar el calor, luego se acomodó al lado de su prometida.

Gracias a la tenue luz que se filtraba por las cortinas de la cama, el segundo Bridgerton podía observar a su mujer, recordó por todo lo que habían pasado juntos y por separado, cuan diferentes habrían sido sus vidas si él no hubiera sido tan snob.

Ser de la aristocracia no era nada en comparación a lo vacío que se sentía sin ella, si desde el principio le hubiera pedido matrimonio, todo habría sido muy diferente, seguramente para ese momento tendrían que haberse ido de la ciudad o del país, para evitar que las habladurías acabarán con la reputación de su familia, pero nada habría importado por qué estaba con "ella". Sin mencionar las noches que ella había pasado detenida, soportando el frío de la noche.

La abrazo para después darle un tierno beso en el hombro, Sophie gimió y se acomodó sobre su cuerpo, definitivamente habría sobrevivido a estar lejos de mi familia, pero no de ella -penso, siempre les podía escribir cartas y cuando sus hijos tuvieran la edad suficiente viajarían todos juntos para las temporadas de casamiento, las Sharma fueron tratadas de manera respetuosa por la sociedad - pensó

El sabía bien que no servía de nada lamentarse ya que no podía volver el tiempo, pero verla ahí a su lado sabiendo por todo lo que ella tuvo que pasar, no podía dejar de sentirse culpable.

- Benedict? - dijo una Sophie adormilada

- si

- me estás mirando fijamente, no me dejas dormir

- oh lo siento

Benedict no pudo evitar reírse, para luego llenarla de besos desde el hombro hasta el nacimiento de la oreja, vio como la piel de su mujer se erizaba haciendo que su miembro se despertara.

Sophie realmente quería dormir, pero las caricias de su prometido, le despertaban partes del cuerpo que llevaban semanas dormidas.

- Déjame dormir - se quejó sin ganas

- duerme - le lamió la nuca - si puedes.

Ella lo dejó hacer, las manos del segundo Bridgerton pasaron de su abdomen a su busto, jugando con uno de sus senos sin dejar de besar y lamer todo su cuello.

Sophie ya sentía su necesidad en cien, sin abrir los ojos entregada a las sensaciones que las caricias de su prometido le regalaban, movió su trasero hasta sentir el miembro duro de el, frotándose contra él hasta que escucho a su hombre gruñir.

- te necesito

Benedict sonrió, le subió la bata hasta la cintura para después hacer lo mismo con la suya, con su mano libre le indico que separara las piernas, ella obedeció, acarició su entrada sintiendo la humedad, indicando que estaba lista, acomodó su miembro y la penetró.

Ambos soltaron un gemido, Sophie aún estaba a espaldas de su prometido, por lo que no veía que estaba pasando, todo eran sensaciones.

Benedict empezó a embestir suavemente, sin dejar de acariciarla y llenarla de besos, ella por su parte solo podia gemir.

- te amo, perdóname por haber tardado tanto en entrar en razón.

Sophie sabía a lo que se refería, pero no quería hablar de eso, por lo que empezó a mover las caderas, haciendo que su prometido perdiera la compostura y todo atisbo de ir lento.

Ambos respiraban pesadamente, sin dejar de acariciarse mutuamente, Benedict llegó a su cumbre, intento aguantar un poco más porque su novia aún no había llegado a la de ella, pero no lo logro.

-Soph..

Alcanzo a decir antes de derramarse dentro de ella. Ya sin fuerzas se quedó ahí aún conectado a Sophie.

Ella lo miro, el se veía cansado.

- Ben - alcanzo a decir cuando el la interrumpió.

- dame unos Cinco minutos

Ella asintió, mirando el miembro de su prometido que aún estaba bastante despierto, se ubicó sobre él, frotándose contra él.

- que haces - sonrió el segundo Bridgerton.

- nada.

Sin detener el movimiento, Sophie sentía que el masaje que estaba haciendo le daba una sensación placentera diferente a la que había tenido anteriormente, Benedict no entendía como ella estaba tan sonrosada con esos movimientos siendo que el sentía muy poco.

- oh - dijo en un murmullo

El segundo Bridgerton vio como ella llegaba a su cumbre.

- eso fue hermoso.

- basta - le sonrió Sophie-para luego agacharse y darle un rápido beso en los labios.

- ahora sí, déjame dormir por favor.

- no quieres comer algo antes?

- de verdad tengo mucho sueño, hace mucho no dormía tan cómoda.

Sophie se hizo en su lugar en la cama y no tardó mucho para quedar dormida, pero Benedict si tenía hambre, jalo el cordel y le pidió a su mayordomo el desayuno, este le había informado que su hermano Anthony le había enviado una nota diciendo que descansarán todo el día; a la mañana siguiente Kate iría a recoger a Sophie para alistarla para la boda.

El segundo Bridgerton volvió a la cama después de encargarse de sus necesidades físicas y desayunar. Sophie seguía dormida, la abrazo y se quedó dormido a su lado.

Sophie se despertó acalorada, mirando alrededor, su prometido estaba abrazándola con la parte izquierda de su cuerpo, con mucho cuidado de no despertar a su prometido, movió el brazo , la pierna, se levantó, abrió la cortina de la cama para que entrara aire fresco, vio unas bandejas de comida, levantó una pero esta no tenía nada, fue por la otra y tenía todo un desayuno preparado, comió como si la vida se le fuera en ello.

Ella siempre se había preguntado que era más difícil de aguantar: si el hambre o el sueño, pero aprendió que el sueño era mucho más complicado de manejar.

Pero ya que había dormido tan cómodamente podía comer sin preocupaciones.

O fue así, hasta que recordó a Araminta, ella sentía que había algo que no estaba viendo, pero no sabía qué.

Mañana es la boda recordó de repente.

Llamo al mayordomo, pidiéndole que pidiera el carruaje para ir a casa Polin, pero este le dijo que mañana temprano la vizcondesa la recogería.

Le agradeció al mayordomo y volvió a la cama, se acurrucó al lado de su hombre.

- ya estabas planeando volverte a ir?

Sophie rodó los ojos

- cometo un error una vez...

- tres le interrumpió, fueron tres

Ella se detuvo a pensar.

- tu eres el hombre, las decisiones las tomas tú.

Benedict soltó una carcajada.

- querida se muy bien que las decisiones las tomas tú, y yo - la agarró del brazo halándola hacia él - estoy muy contento con ese acuerdo.

La Noche que Cambio Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora