Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)

Capítulo 7

Lunes, ¿alguien me puede explicar por qué odio tanto los lunes?

No eres la única, querida.

Voy caminando junto a Ámber por los pasillos de la escuela, nos dirigimos al aparcamiento para recoger mi coche e ir a la cafetería.

–...¿y no le has contestado?

–No.

–¡¿Te has vuelto loca?!

–Ámber baja la voz.

–Lo estás evitando.

–¿Y qué quieres que haga? ¿Qué me entregue en bandeja de plata? Sabes que no es tan fácil.

–No te cuesta nada responderle los mensajes.

–¿Para qué? ¿Para sufrir incluso más que con Damon? No gracias.

–Pero es que tienen un acuerdo, ¿o me equivoco?

–Ese es el problema, que esos acuerdos siempre terminan rompiéndose y dañando a las personas.

–Tonterías —pone los ojos en blanco— creo que alguien está leyendo demasiadas novelas.

–Como digas —resoplo cansada.

–¡Eh salvaje!

En serio, ¿qué daño le he hecho yo a la vida?

Brian se acerca a nosotras con una sonrisa traviesa. Ámber me mira significativamente sin saber a qué se debe tanta confianza, creo que olvidé contárselo.

–Creía que teníamos un trato, y el término salvaje no estaba incluido—digo cuando por fin llega hasta nosotras.

–Lo siento, lo había olvidado.

–Como digas —volteo los ojos en blanco—¿Qué quieres?

–¿Trata así de mal a todo el mundo? —dice mirando a Ámber.

–No, solo a los idiotas —dice Ámber logrando hacerme sonreír.

–Como sea... ¿estás libre esta tarde?

–Brian...

–Oh vamos, solo sería una salida entre amigos. Prometo portarme bien.

–Estaré ocupada.

–¿Y en la noche?

–También trabajo.

–¿Me estás evitando?

–¿A tí? —dice Ámber logrando que la mire implorando que no suelte una estupidez— no, como crees. Está evitando a tu hermano, por cierto si lo ves dile que lo espero esta tarde para lo de la entrevista.

Y ya está, soltó la bomba.

Brian la mira sin entender la situación y yo no sé dónde meter la cara, en serio la voy a matar.

–Bueno... ya nos veremos supongo —me dice.

Asiento con la cabeza y lo veo alejarse. Cuando ya estamos en el auto miro a Ámber que me sonríe con malicia.

–¿Es un poco lento para captar indirectas no?

–Estás completamente loca.

–¿En serio ibas a aceptar salir con él?... ¡No! —se tapa la boca con una mano y abre mucho los ojos— ¿Te gustan los dos hermanos?

–Ámber no...

–Y después yo soy la loca.

–¡Qué no me gusta!