Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)

Capítulo 9

-¿Teniendo un mal día? -dice Mariana llegando a mi lado.

-Una mala vida en general -se sienta frente a mí y sonríe.

-¿Y ahora que has hecho Olivia?

-¿Y-yo? Nada, ¿por qué piensas que...? -me enarca una ceja-. Vale sí que ha pasado algo.

-Lo sabía -se encoje de hombros y le hace un gesto a la camarera, esta se acerca a nosotras para tomar la orden. Estamos en el Daniel's.

Luego de pasar por mi departamento a cambiarme e ir al trabajo con cierto insoportable a mi lado la llamé, no podía con esto sola.

Los ojos de Mariana se clavan en los míos invitándome a continuar.

-He dormido en casa de Liam -digo entre dientes.

-¡¿Qué has hecho qué?!

Creo que a final de cuentas no ha sido tan buena idea contarle.

Me encojo de hombros. Nan aún sigue boquiabierta.

-¿Qué más pasó?

-Absolutamente nada.

-¿Esperas que te crea? -llega nuestra orden.

-Es la verdad, solo hablamos, dijimos par de idioteces y él terminó diciéndome que ya no significo nada en su vida.

-Oh ya veo -se lleva la tasa de café a los labios.

-¿Solo eso vas a decir?

-¿Qué quieres escuchar?

-Te llamé a tí porque eres la más racional de las cuatro, Ámber me mataría con solo mencionarlo y Jul nisiquiera quiere escuchar sobre él.

-¿Solo eso te dijo?

-Es lo que recuerdo -me encojo de hombros y llevo la tasa hasta mis labios.

-¿Cómo que es lo que recuerdas? -frunce el ceño confundida-. Espera, espera -abre mucho los ojos-. ¿Estabas borracha?

-Más o menos.

-¡Olivia! ¿Le has contado ya a Alexandra sobre esto?

-No he tenido tiempo.

-Solo espero que después de este pequeño incidente dejes de cometer estupideces -me enarca una ceja- y de babear por él.

Ruedo los ojos y me termino mi café.

Después de varios regaños y terminar de desahogarme con mi querida amiga me acompaña hasta mi casa. Horas más tarde Aron pasa a recogerla dejándome completamente sola.

¿Qué voy a hacer con mi vida? En serio siento que el universo me odia, anoche quería olvidarme de él y terminé durmiendo en su cama.

Lo extraño joder. Extraño lo que me hacía sentir, extraño sentirme protegida en sus brazos. Extraño la paz que me brindaba.

Tú lo jodiste todo.

Lo sé, y eso es lo que me atormenta cada día.

El resto de la tarde transcurre tranquila y a la mañana siguiente me preparo como de costumbre para ir al trabajo.

Al centro de las torturas.

Bajo y como ya es costumbre me espera mi taxi, el cual me deja en el edificio.

Llego a la oficina para encontrarme con un montón de contratos por revisar y otros que aún necesitan ser firmados. Varias empresas se rehúsan y me la ponen difícil pero Olivia Wilder nunca aceptaría un no por respuesta.