Capítulo 9

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¿Soy la única que odia las clases de historia?

Pues sí, estaba en el aula dando cabezazos a cada nada debido a la interesante y divertida clase que daba el profesor. Por suerte siempre me sentaba en una de las últimas mesas y no me veía.

El timbre se hace escuchar logrando despertarme por completo.

Tomo mis libros y salgo del aula. En el pasillo me encuentro con Ámber y Ty los cuales al igual que yo traen cara de sueño.

–Hola —digo cuando llegan hasta mí.

–Hola —dicen con una sonrisa cansada.

Hay un momento de silencio incómodo entre los tres en el que las miradas de Tyler y Ámber se encuentran y luego cambian su vista hacia cualquier sitio.

–Las veo luego chicas, voy a mi entrenamiento —dice él incómodo.

–Nos vemos Ty.

–¿Qué le pasa? —digo cuando veo que Ty está lo suficiente lejos—. Lleva raro desde hace varios días.

–No lo sé.

–Ya se le pasará, supongo —me encojo de hombros.

Cruzamos el pasillo que lleva al patio trasero de la escuela y como siempre nos dirigimos hasta el árbol que queda alejado de todos.

–¿Cómo va todo con Liam?

–Bien, o eso creo.

–¿Qué ha pasado?

–Nada —digo restándole importancia—¿Tienes hambre?

Entrecierra los ojos en mi dirección pero no dice nada más sobre el tema. Le entrego una barrita de chocolate y comenzamos a comer tranquilamente.

Siento que alguien se acerca a nosotras, me volteo para ver de quién se trata. Pongo los ojos en blanco al ver a Brian.

–Hola —dice sonriendo.

–Hola Brian.

–¿Puedo sentarme con ustedes?

–No te voy a dar de mi chocolate —dice Ámber logrando sacarme una sonrisa.

Asiento y Brian se sienta junto a nosotras en el césped.

–¿Qué tal tu primera semana en el instituto?

–Más o menos. La verdad es que se siente raro. No encajo en ninguno de los grupos. Demasiado cool para los pringados y no tan cool para los populares.

–Oh, ya veo. Bienvenido al grupo de los invisibles entonces.

–Gracias —dice sonriendo.

Mira a Ámber intentando decirle algo para parecer amable y esta le enarca ambas cejas logrando que Brian se haga pequeñito en su sitio.

–Sigo sin querer darte de mi chocolate —le dice con la boca llena—, pero igual, bienvenido al grupo de los invisibles.

–Bueno...—dice Brian volteándose hacia mí— ¿y qué se supone que hacen los invisibles para entretenerse?

–Pues... observar a las personas y contar chismes. ¿Tienes alguno interesante? —digo subiendo y bajando las cejas.

–En realidad no.

–Eres un aburrido.

–Con razón encajo tan bien en su grupo —dice quitándome el chocolate que aún me quedaba.

–Dame eso —digo intentando atraparlo.

–Alcánzalo si puedes.

–Quédatelo —resoplo cansada.

Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora