Capítulo 14

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OLIVIA

¿Se puede ser más idiota que Liam Neeson?

Pues lo dudo.

Realmente dudo que exista alguien tan insoportable, engreído, egocéntrico, imbécil...

¡Lo odio!

Sí, claaaaro.

Vale, tal vez no lo odio pero juro que me saca de quicio.

Corrección: soy el imbécil que te gusta.

Arsh!! Tan odioso. No puedo sacar sus malditas palabras de mi cabeza. ¿Qué cree? ¿Que por sus preciosos ojos grises va a venir a jugar conmigo como se le venga en gana? En plan: "Hola Olivia soy el imbécil que te gustó hace años y he vuelto a tu vida para ponerla patas arriba nuevamente".
Pues que crees, ¡no lo voy a dejar!

Me siento en la cama frustrada y paso las manos por mi cara.

Bien, calma, calma, CALMA. Necesito estar tranquila si quiero sobrevivir a este viaje.

Busco mi maleta debajo de la cama y comienzo a empacar.

Cuando termino aún me queda una hora por lo que me ducho y cambio mi ropa. Me coloco un traje completamente blanco y tacones a juego, suelto mi cabello y me maquillo ligeramente.

Miro el reloj. Bien, justo a tiempo.

Justo cuando tomo mi maleta y estoy a punto de salir escucho toques en la puerta.

Me dirijo hacia ella y la abro con el ceño fruncido, lo que hay al otro lado me toma totalmente por sorpresa.

-¿Qué parte de en tres horas hay que estar en el aeropuerto no entendiste?

Sí señoras y señores, tengo frente a mí al idiota más grande del mundo, un idiota bastante cabreado por cierto.

Y como nos encanta cabrearlo pues:

-En realidad dijiste: salimos en tres horas. Pensé que tenía todo ese tiempo para prepararme -me encojo de hombros.

Solo logro que su furia aumente y sonrío para mis adentros.

Toma una larga respiración intentando calmarse. Pues qué puedo decir, es mi especialidad sacarlo de quicio.

-Venga vámonos.

-Un momento, ¿cómo supiste donde vivía?

Me enarca una ceja.

-Soy tu jefe, por ende tengo toda la información sobre tu vida-rueda los ojos-. Sé hasta cuándo llega tu período Olivia, ahora por favor, ¿podemos irnos ya?

Bien, ahora lo odio un poquito más. ¿Así que tengo un espía por jefe?

Salimos del apartamento y vamos en su coche al aeropuerto. Para mi suerte vivimos a solo veinte minutos.

El silencio llena el espacio entre nosotros mientras lo observo conducir. Es increíble como pasan los años y yo sigo sintiendo exactamente lo mismo, esas mismas mariposas que revolotean en el estómago a las cuales quiero asesinar.

-¿Te puedo ayudar en algo? ¿O solo te vas a quedar ahí mirando como asesino en serie a punto de atacar?

¡Venga ya! ¿En serio se tiene que dar cuenta siempre?

Volteo los ojos en blanco y me cruzo de brazos en mi asiento a lo que él sonríe.

-Llegamos -anuncia estacionando el auto.

Después de todo el papeleo y pasar por varias maquinitas estúpidas pues abordamos el avión.

A ver no me juzguen, con el susodicho que tengo como compañero de viaje el mal humor se ha apoderado de mí.

Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora