Capítulo 20

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OLIVIA

Si me hubiesen dicho hace unos meses que esto pasaría no les creería. ¿Liam y yo? ¿Juntos de nuevo? ¿Solos en una habitación?

No, definitivamente no les creería.

LIAM

Es increíble como la vida te puede cambiar de un momento a otro, si hace un tiempo atrás me hubiesen dicho que tendría nuevamente a la mujer que adoro entre mis brazos...

No, definitivamente no les creería.

OLIVIA

Solo quería mirarle a los ojos. Solo quería perderme en ese paraíso gris y que el momento que vivíamos no acabara jamás.

Sus manos me sacaron de mi ensoñación, una me apretaba fuertemente contra él mientras la otra acariciaba mi mejilla.

LIAM

Estaba perdido en el mar azul de sus ojos, no quería apartarme nunca más de su cuerpo por lo que la apreté fuertemente contra mí y con mi otra mano le acariciaba la mejilla.

Quería que el momento durara para siempre, quería mantenerla a mi lado, temía que, si cerraba los ojos por un instante, desaparecería.

Caminé llevándola de la mano conmigo hasta la cama. Olivia comprendió perfectamente lo que pasaría, sus mejillas se habían teñido ligeramente de rojo haciéndome sonreír de lado.

¡Es tan hermosa, joder!

Mi sonrisa desapareció cuando sus pequeñas manos me empujaron hasta sentarme en la orilla de la cama, se subió a horcajadas sobre mí y me susurró al oído...

OLIVIA

—A partir de ahora, y hasta que a mí se me dé la gana, harás todo lo que yo te diga —le susurré al oído.

Sí claro, muy digna tú.

Oh, no me culpen, llevaba mucho tiempo queriendo hacer esto.

—Como ordenes —su sonrisa ladina volvió a aparecer haciendo que mi cuerpo completo se estremeciera.

Llevé sus manos hasta mi espalda sin apartar mis ojos de los suyos. Cuando por fin comprendió lo que quería el gris de su mirada se oscureció.

Sus manos se apoderaron de mi vestido y lentamente fue bajando la cremallera.

Simplemente no lo pude aguantar más, desvíe mi mirada hacia sus labios y su sonrisa consumió la poca cordura que me quedaba.

Apoyé mis manos en sus hombros mientras dejaba un camino de besos desde debajo de su oreja hasta su clavícula. Pude sentir como se tensaba debajo de mí.

Sus manos terminaron de bajar mi vestido hasta dejarlo en mi cintura y, no sé cómo, realmente no me di cuenta, pero segundos después mi espalda estaba pegada al colchón.

Vi como Liam se deshacía de su ropa quedando solo en bóxers justo frente a mí, para luego regresar hasta mi sitio.

Terminó de bajar mi vestido con suavidad mirándome a los ojos en todo momento.

Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora