Capítulo 15

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A ver, definan incómodo.

¿Ya?

Ahora súmenle que mi incomodidad es debida al chico que ganó el premio al mayor idiota del mundo y multiplíquenlo por el número más grande que conozcan.

¿Ya tienen una idea de cómo me siento?

Liam estaba en el balcón de la habitación hablando por teléfono mientras yo resoplaba mirando a mi alrededor. Llevaba rato esperándolo sentada en la cama puesto que debíamos ir a cenar con Marcos y su llamada se estaba extendiendo demasiado.

¡Muero de hambre!

Por enésima vez miré hacia su sitio y lo fulminé con la mirada a lo que él solo sonrió como un angelito.

Parece que no solo nosotras tenemos un doctorado en cabrear personas.

Bien, pues a cada segundo que pasaba mi hambre iba en aumento, al igual que mis ganas de asesinarlo.

—Nos vamos —solo eso dijo al llegar hasta mí.

¿Eso era una orden?

—A mí no me mandas —le enarco una ceja—. Solo voy por la cena con Marcos.

—Marcos no va.

—Bueno entonces... Espera, ¿qué?

—Que no va —resopla— ¿Con quién crees que hablaba? Le ha surgido un problema con su mujer, amante o yo que sé.

Bueno, alguien está molesto.

—¿Entonces...?

—La cena será mañana, y estarán también los hermanos Trevino. Dalila, Dorian y Doncan Trevino, socios de la compañía Di Bianco y, por ende, nuestros.

—¿Entonces no hay cena hoy?

Sí señoras y señores, solo pienso en cenar, mi mente con hambre no funciona bien.

Liam me mira con expresión de en serio para luego dirigirse a la salida.

—¿Nos vamos? ¿O prefieres quedarte aquí admirando el lugar?

Salimos de la habitación y nuevamente quedo fascinada con el hotel, en serio es enorme y... Hermoso. No tengo palabras para describirlo exactamente.

Minutos más tarde llegamos a un restaurante. Creí que nos quedábamos a cenar en el hotel pero nop, Liam es una cajita de sorpresas.

Nos llevan hasta una de las mesas más apartadas y luego de ordenar nuestra comida el silencio se hace incómodo.

—¿Tienes ya alguna propuesta de nuevos empleados para las cedes?

Claro, cena tranquila a la mierda. ¿Este hombre solo piensa en trabajo?

—Sí, de hecho me han llegado ya varios currículums, muy buenos por cierto. Mañana comienzo con las entrevistas.

—Bien —nos sirven una copa de vino la cual se lleva hasta sus labios.

Yo solo la observo indecisa. A ver, Alexa dijo: "hasta nuevo aviso no puedes tocar nuevamente una botella" y yo estoy cumpliendo, esto no es una botella.

Buajaja

Llevo la copa hasta mis labios y agradezco inmensamente cuando el líquido baja por mi garganta, realmente lo necesitaba, necesito relajarme con cierta personita observándome de esa manera.

Sí, me observa desde su sitio, descaradamente. No importa que yo me dé cuenta, no importa que me remueva incómoda en mi sitio. No. Su intención es justo esa, incomodar.

Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora