Camino distraída por el parque, es viernes por la mañana y he decidido salir a correr.Han pasado dos días desde la última vez que vi a Liam.
Técnicamente, desde que tu hermana entró en tu cuarto y lo vio.
Bueno eso.
Hemos seguido texteándonos, pero se nos ha hecho difícil encontrarnos. Mis turnos en la cafetería no coinciden con los suyos, y regreso tan tarde del bar que no tenemos tiempo de vernos.
Llego a casa cansada, así que voy directo a mi cuarto para tomar una ducha y cambiarme de ropa. Justo al pasar la puerta mi teléfono comienza a vibrar. Contesto sin mirar de quien se trata.
—Hola.
—¿Hola? ¿Así saludas a tu hermano? Hace más de un año que no me ves, Olivia. Merezco más que un hola.
Separo el teléfono de mi oído asustada, ¿he escuchado bien?
—¿Hola? ¿Livi, sigues ahí?
—¡¡¡Orien!!! —chillo emocionada—¿En serio eres tú?
—Si Livi, soy yo —casi puedo verlo volteando los ojos en blanco.
—¡Te extrañé idiota! Hace meses que no me llamas.
Suspira cansado.
—Sabes que casi no tengo tiempo.
—Lo sé. ¿Cuándo vuelves?
—Pronto enana, yo también te extraño. Vuelvo antes de que te vayas a la universidad.
¡Oh, la universidad! Lo había olvidado.
—Dime, por favor, que ya has mandado solicitud a alguna universidad.
—Respecto a eso...
—¡Oliviaaaaa! —grita tan alto que tengo que separar el teléfono de mi oído.
—Orien, no voy a dejar sola a la abuela, ni a mis hermanos. Sabes que me necesitan en casa.
—No te voy a repetir que debes ir a la universidad. Ya me encargaré yo de Nana y nuestros hermanos. Te prometí que volvería y así lo haré.
—No te creo nada.
—¡Me ofendes! Ya lo verás. Ahora prométeme que mañana mismo mandarás la solicitud a una universidad.
Resoplo cansada, sé que tiene razón.
—Lo prometo —ruedo los ojos.
—Está bien. Te quiero mucho enana. Pásame ya a la abuela.
—Yo también te quiero pesado. ¡Abuelaaaaa! Orien quiere hablarte.
—¡¿Orien?! —chilla ella desde la cocina—¡Ya voy!
Le entrego el celular a mi abuela. Entro al baño y me doy una larga ducha. Mi día transcurre tranquilo, voy a la cafetería como de costumbre y luego al bar. Regreso a casa cansada, ceno y me meto a la cama.
Cuando estoy a punto de dormirme siento toques en la ventana.
Me levanto más emocionada de lo que me gustaría admitir, ni siquiera me paro a observar mi aspecto en el espejo.
Pongo el pestillo a la puerta —no quiero más incidentes— y corro a abrir la ventana.
Al abrirla lo veo, trae su pelo rubio revuelto y parece cansado.
—Hola —digo cuando por fin entra.
—Hola, exhibicionista —repasa mi cuerpo con sus ojos— ¡Dios! Te he echado tanto de menos —sin dejarme procesar aún lo que ha salido de su boca me toma de la cintura y me acerca hacia él, posando sus labios sobre los míos.
Mentiría si les dijera que no extrañé esto.
No debería, esto no está bien, no debería estar tan apegada a él.
Se separa de mí aún sosteniéndome de la cintura y me mira a los ojos. Me pierdo en esa bella tormenta, ya me da igual si arrasa con mi existencia o no.
Casi sin hablar nos metemos a la cama. Es increíble como sólo con el simple hecho de tenerlo junto a mí hace más bonita mi noche.
—Pues... —digo intentando romper el silencio— ¿Qué tal estos días?
—Solo te diré que ya entiendo por qué la llaman Lucifer.
Sonríe y me quedo embobada mirando sus perfectos labios.
Ya no razono, no sé a dónde demonios se ha ido mi sentido común. Me lanzo sobre él y uno mis labios con los suyos. Ansío su contacto, sus besos. Necesito sentir que está aquí, conmigo, que en realidad es solo mío, o por lo menos por este momento.
Cuando me aparto para ver su reacción me mira completamente aturdido.
—Yo lo... lo siento —digo enrojeciendo.
Me sonríe y niega con la cabeza.
—Solo me sorprendiste un poco. ¿Quieres que me quede a dormir?
La pregunta me toma totalmente desprevenida. ¿En serio quiere quedarse conmigo? ¿Dormir juntos? ¿Pero si no somos nada?
Lo son todo querida.
—¿Liv?
—Mmm... si solo es a dormir... —me encojo de hombros.
Me toma del mentón y me obliga a mirarlo a los ojos.
—Si es lo que quieres... —dice con un grado demasiado alto de malicia.
—Solo dormir, Liam.
—Está bien.
Y sin más nos acurrucamos bajo las sábanas. Sólo con el roce de sus manos hace que se me ponga la piel de gallina.
—¿Liam?
—¿Mhm?
—¿Estás despierto?
Frunce el ceño.
—No creo que dormido te hubiese respondido.
—Es que no puedo dormir, cada noche me pasa lo mismo y...
Se siente raro hablar de esto, nunca se lo había comentado a nadie, excepto a mi abuela.
Siento como se mueve pegándose más a mí, me voltea hacia él dejando mi cara contra su pecho y al abrazarme comienza a subir y bajar sus manos por mi espalda.
—Liam no creo que eso ayude...
—Tú solo cierra los ojos y déjate llevar, ¿vale?.
Asiento con la cabeza y cierro mis ojos.
Poco a poco voy sintiendo pesados mis párpados, mi respiración comienza a volverse más tranquila y... sin pensar en nada más que no sea el chico que me abraza ahora mismo... consigo conciliar el sueño sin ninguna dificultad.
Oh Liam, ¿por qué tienes que complicar y a la vez hacer tan sencilla mi vida?
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¡Hola a todos/as! Espero que no me odien por no actualizar ayer. Espero que el capítulo de hoy lo compense.
Los quiero. 🖤
Laura.
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Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)
Teen FictionOlivia Wilder y Carrsville, una chica en un pueblo invisible. En Carrsville nunca ocurre nada interesante, es un pueblo aburrido y Olivia lo sabe. Un pueblo alejado del mundo y olvidado por el paso de los años. Nunca ha ido más allá de sus muros, a...