Capítulo 14

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                     Maratón 2/4

Pues como dije demasiada inspiración en un solo día :⁠-⁠)

LIAM

Pensé que volvería. Me quedé esperándola. Dos horas y cuarenta minutos esperando que volviera para decirme que se arrepentía, que aún estábamos a tiempo.

Nunca volvió.

Los siguientes días fueron tediosos, horribles. Mi mal humor aumentaba a medida que pasaban las horas. Me molestaba todo, odiaba tener que estar rodeado de gente. Porque sí, a pesar de todo tenía que seguir trabajando.

Maldito juego del destino de hacer coincidir cada día mi turno con ella.

Estaba tentado a observarla de lejos. A tener que verla sonriendo y que esa sonrisa no fuera por mí. A verla siendo amable con otros mientras que cada vez que se cruzaba conmigo me hacía el vacío. A que fuera tan hermosa, ¿por qué tenía que ser tan bella?

Necesito alejarme, necesito pensar, liberar esta tensión. Y nada mejor para liberar tensiones que una pelea clandestina.

Había traído esa tradición al pueblo, ellos nisiquiera sabían el significado de pelea clandestina. Se había convertido en una especie de ritual de cada martes y aunque las estuviese evitando —por no ir a verla golpeado— este era el mejor momento para regresar a ellas.

                                 **

OLIVIA

—¡Ámber que no! ¡Se ha acabado! Y no pienso volver con él.

—¡Es que siempre terminas espantando todo lo que se te acerca!

—Lo prefiero así.

—¡Eres idiota!

—¡Me ha dicho que me quiere!

Eso pareció dejarla desconcertada por unos segundos, parpadeó confusa y me miró.

—¿Eh?

—Me ha dicho que me quiere. Sabes mejor que nadie que no puedo permitirme eso, no puedo dejar que alguien se acerque y vuelva a dejarme hecha pedazos. Ya he pasado por mucho, además él merece algo mejor.

—¿Algo mejor? —dijo enarcando ambas cejas—. ¿Es que te has visto? ¿Has visto el mujerón que eres? Quién merece algo mejor eres tú, no te confundas, Livi. Eres una persona especial, que ha pasado por mucho y él... Liam... aunque te cueste admitirlo se ha dado cuenta, te quiere cuidar pero tú nisiquiera te dejas querer.

Me miro las manos nerviosa.

—No puedo Ámber, tema cerrado.

Ambas nos recostamos al árbol. Estamos como siempre sentadas en el patio trasero de la escuela observando a los demás. Siendo las invisibles del lugar.

Desearía seguir siendo invisible, para todos.

Para Liam.

Sí, especialmente para Liam.

—¿Ya has enviado la solicitud a alguna universidad?

—Sí, ya lo he hecho.

—Es increíble que solo nos quede un mes aquí.

—Pues sí, —suspiro— lo es.

Alguien se acerca a nosotras y sin siquiera voltear sé quién es.

—Hola, Brian —digo volteando los ojos en blanco.

Llegas demasiado tarde (Libros 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora