𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏

Esos reyes... promiscuos.

Qin sonreía feliz. En toda la noche no se había separado de su novio, obtuvo fotos impactantes para sus redes sociales y apasionados roces con el alfa de sus sueños en un lugar apartado pero no distante del recinto.

Aún era una de las hermanas mayores y debía velar por el bienestar de sus hermanos, no obstante, a lo largo de la fiesta se dio cuenta de las raras situaciones que acontecieron con ellos, llegando a ver que uno a uno comenzaron a irse "acompañados".

"Tengo un mal presentimiento... Debería..."

Hades sujetó su cintura y la famosa emperatriz pudo sentir algo que estaba segura no era la espada complementaria del disfraz de su novio.

"Bueno, lo intenté. Que sea lo que los dioses tengan planeado para cada uno de mis hermanitos..."

Sonriendo, Qin alzó sus glúteos para frotarse contra su novio, llevando una de las manos del alfa a su boca a fin de lamer sus dedos. Soltó una risita cuando Promiscuous comenzó a sonar.

La canción ideal para la emperatriz.

Hades hacía lo que podía por no levantar la delgada tela de aquella falda larga con aberturas en las piernas a la altura del vientre, por una nude que Qin le había enviado antes de comenzar la fiesta, tenía el claro conocimiento que debajo de su disfraz no había ropa interior, sólo encontraría sus sitios favoritos a la hora de tener intimidad con ella.

Quería un momento a solas con su dulce granada, habían pasado gran parte de la fiesta recibiendo elogios y buenos deseos; posado para fotos en redes sociales; teniendo pláticas con personas que no ubicaban en su círculo social pero por educación contestaban a todos y las pocas veces que estuvo a nada de irse a su habitación para poder tener sexo con ella, les terminaban llamando para algún acto social.

Hades era amable, pero hasta él tenía necesidades egoístas y carnales, mismas que recaían en ese cuerpo curvilíneo que se frotaba contra él al ritmo de la música animando más su erección y aquel deseo por llenarla ya.

Qin por otro lado, también parecía necesitada. La mayor parte del tiempo se la pasaba con el albino entre sus piernas, si bien tenían momentos calmados en su relación, sus citas acababan con ella recibiendo nudos del alfa en sus agujeros.

Algunas veces, sus encuentros íntimos acababan como contenido en su Onlyfans.

A pesar de que le había prometido a Hades dejar de generar contenido, aún había cosas por las cuales monetizar y atormentar tanto a Afrodita como a esa agregada de Perséfone.

Una sonrisa se posó en aquellos carnosos labios cuando pudo ver a Perséfone viendo en su dirección furiosamente.

Qin suspiró, en otra vida podría ser amiga de la chica, pero no en esta si ella estaba detrás de su pareja. El fino roce de Hades en su cintura desnuda fue suficiente para dejar de observar a la omega y centrar su atención en el hombre ideal.

Hades deslizó su mano por el abdomen de Qin, trazando un delicado camino hasta su mentón el cuál se encargó de sujetar con cuidado para besar esos labios color melocotón.

Los movimientos entre sus cuerpos no se detuvieron a pesar del dulce beso que estaba teniendo lugar.

Perséfone azotó sus tacones de aguja en el piso, marchándose del lugar al observar cómo esa niña china recargaba su cabeza en el pecho fornido de Hades tras terminar ese beso dando por muertas todas sus esperanzas de intentar acercarse a él.

No comprendía qué tenía Qin Shi Huang que ella no.

Perséfone tenía una larga cabellera rizada color chocolate; curvas en los sitios correctos sin ser vulgar; una piel tan pálida como la nieve misma y unos ojos color aceituna encantadores.

Era el arquetipo de mujer ideal dentro de una familia tan elitista como lo eran los Olympus, por lo que no terminaba de encajar en su mente cómo era posible que perdiera contra esa niña que nadie conocía pero todos la llamaban "la emperatriz".