Vulnerable

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Tras la desastrosa reunión con sus padres, Hades decidió que había tenido suficiente por lo que terminó empacando toda su ropa para mudarse al departamento en el que estaba viviendo con Qin, manteniéndose firme en que no volvería a pisar la casa de sus padres hasta que anularan ese compromiso que nadie deseaba.

Perséfone había sido su amiga, no la veía del modo romántico y mucho menos teniendo a Zheng como pareja destinada.

La omega sólo observaba al alfa guardar furiosamente su ropa en un conjunto de maletas oscuras de diseñador, moviendo sus piernas fingiendo estar aburrida ya que conocía perfectamente la habitación de su pareja.

-Mi rey, no te desquites con la ropa, pareces tenso...-Hades dejó escapar un suspiro centrando su vista en la bella mujer que le acompañaba. Una venda rodeaba su brazo, ambas mejillas se encontraban enrojecidas y aún así seguía volviéndole loco el verla con aquel vestido ceñido que delineaba a la perfección su esbelta figura.

-Lo siento dulce granada, creí por un momento que mis padres serían diferentes pero reaccionaron igual o peor que los tuyos... -Abatido, tomó sitio en la cama dejando que Qin se recostara en su pecho, ronroneando gustosa por sentir el suave aroma a granada dulce que el albino emanaba.

Hades amaba vivir allí, el tamaño del jardín era perfecto para Cerberus y una parte de aquel lugar había sido diseñado exclusivamente para Dholka recreando su hábitat natural.

Pero si aquello significaba ser casado con alguien a quien no amaba y dejar ir a Qin, él podía comenzar de nuevo en otro sitio defendiendo con uñas y dientes a su destinada.

Ambos se quedaron en silencio, mirándose mutuamente alternando su vista entre sus labios y el resto de sus rostros para irse acercando. A escasos milímetros, fue Qin la que comenzó un beso, de forma lenta, lamiendo el labio partido de su alfa mientras acariciaba sus mejillas.

Su lado omega deseaba con devoción mimar a ese alfa que la defendió de unos seres detestables, por lo que aquellos besos eran suaves, sin intenciones de algo más allá que demostrarle afecto al hombre que amaba.

Hades acarició una mejilla hinchada de Qin, separándose sólo un momento. Esos ojos celestes y la belleza de su alma a través de ellos eran suficientes para reafirmarse que siempre iba a elegirla a ella.

-Agapi mou...

Qin recargó su mejilla apretando los ojos ya que aquello había dolido, conmovida por el gesto de su novio y comenzando otra vez un beso que poco a poco cambiaba de naturaleza, ya que la lengua de Hades se enredaba con la suya haciéndola jadear por lo increíble que era su alfa besando.

Hades siempre había sido bueno en todo, incluso en sus besos. Sólo necesitaba uno para sentirse ansiosa y deseosa de más que un beso.

Tomando impulso, la omega terminó por subirse al regazo de Hades, cortando el beso para sacarse el molesto vestido y quedar solamente con la parte inferior del conjunto de encaje rojo que llevaba ese día, ocasionando que el alfa salivara ante la vista de aquella piel nívea que tenía su pareja.

-Podemos terminar lo que hicimos en el auto, mi rey~ -Hades sólo se inclinó para jalarla de la cintura y besarla, por primera vez deseaba hacer algo imprudente en su habitación sabiendo que sus padres iban a oír.

Sus labios fueron deslizándose por su piel mientras sus manos iban trazando el tatuaje en su espalda que acababa en el muslo, preguntándose si en algún momento él tendría suficiente de Qin.

Un gemido y supo que jamás podría sentirse satisfecho de ella.

-Puedes desvestir al rey, dulce granada ~

𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora