𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏

Causando Conmoción en la cena navideña. Parte 1

"Bueno, solo diré que chillé un poquito en algunas partes jajaj y que hay spoilers del canon de esta historia. Ojalá hayan pasado felices fiestas cositas preciosas. Os amo💖"

-Kamui-dono🥀.

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"... Entonces ¿Dónde estás?
Ha pasado tiempo..."

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Un día antes...

El año había sido caótico aconteciendo una serie de eventos que cambiaron sus vidas en más de un sentido, aunque aquello no fue impedimento para que decidieran reunirse una vez más entre los hermanos tomando en cuenta que ahora debían ser cuidadosos por los cachorros que habían nacido, dándose cuenta muchos de ellos que ese cambio había generado una gran conmoción en sus vidas, optando por trasladar la fiesta a la casa de la menor del clan Bibleas para comodidad de la joven ya que no resultaba sencillo ser madre primeriza de gemelos.

Y hablando de la más pequeña de la familia Bibleas...

Kōjiro tarareaba una canción de cuna, se sentía en calma ya que sus pequeños estaban a gusto comiendo de ella, perdiéndose por un momento en la vista de aquel ventanal, respirando pausadamente para que los cachorros siguieran en lo suyo.

Si alguien le hubiese dicho que luego de muchos intentos, sería correspondida por su destinado, se casaría con él y tendría a sus cachorros, probablemente se hubiese reído con tristeza para después de negar, salir corriendo con tal de refugiarse en su nido porque sonaba demasiado irreal.

Afortunadamente, todo se había cumplido al pie de la letra de forma hasta cierto punto, aterradora.

Un pequeño suspiro se escapó de sus labios, bajando su vista para encontrar que ambos gemelos la observaban, inclinándose con cuidado para besar sus frentes, llenándoles de dulces feromonas a la espera de que su alfa regresara del trabajo y las complementara.

Su ojos se mantuvieron atentos a los pequeños y tras asegurarse que seguían comiendo, divagó por aquella habitación decorada en tonos azules adecuada a los cachorros que tuvo con su ahora esposo luego de casarse de forma casi apresurada meses atrás.

Recordar que al comienzo no estaba de acuerdo con separarse de los gemelos llegando a declinar pasar tiempo con su alfa por atender a los niños hizo que Poseidón sufriera dolores de cabeza cuando trataba de hacerle entender que los cachorros tenían una habitación adecuada para ellos y una cuna doble porque era un enorme riesgo el que siguieran durmiendo en medio de ambos por las noches, sin embargo y luego que el alfa dejara una considerable carga de feromonas en la habitación junto a prendas que ella juntó en un nido, la azabache cedió a pasar parte del día en aquel espacio, rodeada de muebles blancos cuyos peluches y juguetes de colores resaltaban en aquella habitación donde ahora, sentada frente a una ventana con vista a la playa privada de la propiedad, cargaba a sus cachorros con dulzura, derritiendo su corazón cuando ambos niños colocaron sus manos en su pecho mientras seguían alimentándose.

-Son tan iguales a Posei... Mis cachorros... -La omega liberó de su aroma para los cachorros en vista de que se sentía a gusto estando rodeada de la calidez de ambos pequeños, dejando uno que otro beso en sus frentes, enternecida por tener 2 pedacitos idénticos a su padre, el cual, sigilosamente se dedicaba a admirar desde el umbral de la puerta para no interrumpir una de sus escenas favoritas, aunque en cuanto ese iris avellana sintió su presencia cruzando miradas con él, terminó por acercarse.