𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏

Perspectivas

Vivir bajo el encierro absoluto era tan bueno como ser prisionero de guerra en cualquier época histórica. Nikola no dejaba de trabajar en Mozi, pero seguía ocupando a Gondull como ave mensajera para todos.

-¿Aún no hay correo? -Jackie se asomó curiosa, esperando ver a la pequeña ave con una mochila que el propio Nikola había confeccionado como las que usaban los mensajeros en la Primera Guerra Mundial, recibiendo una mira de consternación de aquellos ojos turquesa.

Habían pasado tres días y gracias a instrucciones muy específicas de Nikola, Gondull salió a su nueva ruta para recoger las notas en casa de Hades y extrañamente, también de Qin. Sin embargo, su hermana tuvo la brillante idea de enseñarle a la paloma la ruta para llegar a la residencia principal de su alfa, dejándole como antecedente y que también fuera mensajera de Kōjiro.

Ahora la paloma estaba retrasada con la entrega y eso había desesperado a sus hermanas y a él en el proceso.

-Al parecer Gondull debe haberse perdido... ¡¿CÓMO VOY A PEGAR AFICHES DE "SE BUSCA, ¿HA VISTO USTED A ESTA PALOMA"?! ¡ESTAMOS BAJO TOQUE DE QUEDA Y NUESTROS PADRES PESE A QUE NO ESTÁN, NOS DEJARON ENCERRADOS SIN POSIBILIDADES DE SALIR QUE NO SEAN BRINCANDO LA BARDA! -Lu Bü estaba harta de oír los gritos de Nikola, le causaba entretenimiento ver a la paloma y recibir una nota del alfa que conoció hablando de su caballo y de los cuidados que tiene, aunque terminó peleando con su compañero de entrenamiento en el club de equitación, Chén Gōng, por Liebre Roja.

Así que hizo lo que todo el mundo deseaba hacer pero nadie se atrevía: darle una cachetada a Nikola para que se callara.

-¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?! ¡DUELE! -La morena se encogió de hombros, cruzando sus brazos a la altura de su pecho mientras ladeaba su cadera para mirar fijamente su mano marcada en la mejilla de Nikola.

-Ya les dije que hay que brincar la barda. Papá aún no pone el alambre de púas y es mejor salir un momento antes de que regresen. No tiene modo de cómo enterarse... -Lu Bü tenía un punto, pero con excepción de ella, Leónidas y Raiden; Jackie y Nikola no eran fanáticos del atletismo.

-Prefiero esperar como una dama en el siglo XIX que saltar las bardas de una propiedad como si fuera una criminal -Jackie se ganó un bufido por parte de Raiden. Lo cierto era que aunque había tomado clases de Parkour, algo en ella le decía que salir de casa con un castigo impuesto significaría aumento de sentencia y posibles marcas físicas.

"No quiero revivir lo que ocurrió con Noah tras traerlo aquí y que padre nos viera besándonos..."

-¡No es justo! ¡Ese moreno precioso probablemente piense que jugué con él cuando me trae loca! -Raiden se aventó sin pizca de delicadeza sobre la cama recién ordenada de su hermano menor, importándole nada el ligero aroma agrio que estaba desprendiendo.

-Oigan, a todo esto, ¿Cómo sigue Leónidas? Recibe notas de Qin y hoy recibiría una de Hades... ¿Puede pararse de la cama? -Nikola abrió una lata de café Cold Brew Latte mirando curioso a su hermana mayor. Sabía que Leónidas no era de su agrado pero tras aquella paliza, Lu Bü hacía de su enfermera.

"Algo debió haber hecho el idiota donde Lu Bü lo trata con decencia humana en lugar de romperle el cuello..."

-Sigue vivo si eso quieren saber. Le ayudo a curar las heridas de la espalda pero pierde el conocimiento después de cierto límite de dolor. Está dormido ahora si lo requieres para algo -Ninguno agregó nada después y la idea de escapar brincando la barda dejó de sonar atractiva. Su padre les amaba si, pero en cuanto a su forma de impartir disciplina era aterrador.