𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏

Reescribiendo el destino

"Ustedes no saben, pero este fic cumplió oficialmente un año desde que se me ocurrió publicarlo. Aún no le veo el fin, así que pido disculpas por hacerlo tan largo como mi procrastinación..."

-Kamui-dono🥀

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Durante su estancia en aquella feria, Qin parecía distante pese a que en su rostro se dibuja una sonrisa y era que, aunque la emperatriz estaba dispuesta a recuperar a su rey, lo cierto era que no tenía idea de cómo hacerlo, llegando a observar el cómo sus hermanos ahora tenían pareja e incluso algunos la estaban haciendo tía cuando antes ni siquiera se le hubiese pasado por la cabeza el imaginar a su hermana favorita embarazada a los 18.

Y solo por ello hizo una mueca de desagrado al ver a Kōjiro besando la mejilla del bastardo que la marcó.

Quizás era egoísta, pero ver a todos con sus respectivas parejas en un ambiente tan alegre hizo que por un momento decidiera apartarse a fin de poder aclarar sus turbulento pensamientos. Estaba motivada a volver a su estilo de vida, el único detalle era que Hades había sido quien culminó su relación, cortando todo lazo posible aún cuando ambos estaban enlazados.

Divagando, la emperatriz no se dio cuenta que terminó por tomar una ruta diferente, distrayéndose una vez más para chocar contra la espalda de alguien cuyo aroma a incienso se le hizo extrañamente conocido y no fue hasta que el alfa volteó confundido que Qin supo de donde lo conocía.

-Oh, la niña estúpida... ¿Siempre que nos encontremos vamos a chocar? Si te gusto, solo dilo. Quizás una noche conmigo haga que te olvides de ese intento de alfa que tienes... -Sun Wukong se quitó los lentes oscuros revelando un par de ojos casi tan negros como la noche, mismos que observaban curiosos cada fino detalle de la omega que llamaba peligrosamente su atención, centrando su vista en ese tatuaje de ciempiés en su mejilla.

Qin se cruzó de brazos, aumentando la atención del alfa que rápidamente y sin importarle lo sinvergüenza qué estaba siendo, bajó sin reparo alguno su vista hacia el generoso escote de la chica, sonriendo de lado cuando la omega se dio cuenta de la atención hacia su busto, forzándose a bajar los brazos, apretando los puños mientras un tierno puchero se apoderada de su rostro.

-Eres un idiota... No tengo por qué aguantar a un alfa tan insignificante como tú, así que quítate de mi camino -Sun Wukong sabía que la chica estaba enlazada, olía dulce pero no tanto como un omega libre, pero eso no fue impedimento para que, en un acto impulsivo, sujetara su cintura con una de sus manos y la otra fuera directamente hacia su mentón, contemplando mejor la belleza de esos ojos celestes y los suaves labios cuyo brillo le llamaba a besarlos para comprobar la textura aterciopelada qué aparentaban -Suéltame idiota...

Qin se sintió extrañamente nerviosa. Ningún alfa se le había acercado de aquel modo anteriormente ya que ella era quien normalmente hacía el acercamiento y nunca al revés, a no ser que se tratara de Hades, siendo el pensamiento de su alfa en aquella cama de hospital lo que le hizo apretar los ojos por un momento, haciendo que Sun Wukong supiera que había llegado demasiado lejos acercándose a ella de aquel modo.

-Eres demasiado bonita para un idiota que te dejó ir. Llámame cuando decidas romper tu lazo, estaré más que dispuesto a cogerte para saciar tu celo -Sin meditar realmente lo que había dicho, el alfa se inclinó sólo para rozar esos suaves labios, grabándose ese dulce aroma a té negro junto a ese gloss sabor a granada, alejándose para no volver a sujetarla y cometer una locura, sonriendo cuando divisó a Morrigan en un juego que medía la fuerza. Si la omega notó que había algo raro en él o no, decidió ignorarlo, dándole un golpe por dejarla sola entre debiluchos.