Verdades y mentiras.

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Tras la junta familiar entre hermanos, Leónidas salió frustrado.

Lu Bü no se cansó de recalcarle que era un completo imbécil y que se alegraba del hecho de que Apolo le detestara sin saber que aquella declaración era como recibir disparos de flechas sobre su ser.

No culpaba a su hermana por resaltar sus deficiencias como ser humano, hombre y alfa al mismo tiempo.

Leónidas hacía lo que podía para tratar de ser buena persona, pero aquello no era mucho ni bueno, prueba de ello era que ahora se sentía angustiado mientras miraba el techo de su habitación.



"De verdad desearía haber dicho cualquier otra cosa y no aquello esa noche..."



Leónidas se arrepentía de muchas cosas, siendo la principal el haber hecho llorar a Apolo.

Si cerraba los ojos, aún podía ver ese bello rostro bañado en lágrimas y oír sus sollozos, añadiendo más peso a su introspección para darse cuenta que había sido un ser humano ruin.

El alfa sólo suspiró. Podía pensar en miles de situaciones, pero el resultado era el mismo:

Sin importar lo que él dijera, Apolo no podría borrar aquella experiencia de su ser.


Frustrado por no tener una respuesta para los problemas que él mismo se había ocasionado, lanzó con más fuerza la pelota hacia la pared, ganándose que Lu Bü abriera con rudeza la puerta de su habitación furiosa.


-No sólo jodiste la existencia de Barbie, también quieres molestarme en mi encierro -la omega no estaba de buen humor.

Raiden la había salvado de golpear a Leónidas y también de un posible aumento a su sentencia de aislamiento, pero el coraje seguía atravesado en su pecho.


-Gracias por recordarme que soy una basura Lu Bü, no sé qué haría sin ti...


-Compadecerte como imbécil tampoco ayuda. Si vas a actuar, hazlo y sino, deja de joder -La morena cerró la puerta de un azote, dejando a Leónidas más frustrado y atormentado.


Era un cobarde, no merecía tener el honor de compartir nombre con un rey tan orgulloso e intrépido.

Golpeó su frente con el dorso de su mano, dejando que las palabras de su hermana carcomieran lo que quedaba en su mente.

La había jodido en grande con la chica de sus sueños y no existía nada que pudiera hacer para enmendar el daño que causó con sólo decir que no eran nada.

Su vista seguía fija en el techo de la habitación mientras su mente se encontraba divagando en Apolo. La forma en la que se aferraba a él mientras se besaban...


-Mierda, realmente la fresita es mi pareja... No puedo dejar las cosas así.


Decidido a ganarse más tiempo en aislamiento, se levantó de su cama para correr a buscar su ropa de camuflaje.

Estaba castigado, no tenía medio de transporte y probablemente salir de su casa sería igual que tratar de ingresar a Fort Knox, tenía un panorama bastante gris si se detenía a pensarlo.

Pero por Apolo estaba dispuesto a vivir como un león enjaulado. Ella valía el riesgo y por ello ahora se encontraba saltando del balcón a la planta baja, rompiendo macetas en el proceso.


Adán se encontraba en su oficina revisando papeles cuando oyó algo romperse. Como si supiera de qué se trataba, se asomó por la ventana para observar a su hijo mayor levantarse del piso.

𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora