El inicio del caos. Parte cuatro: Sólo una reina comprende la mente de un rey.

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La sala volvió a sumirse en un silencio sepulcral al punto de que todos podían oír gruñidos y ciertos sonidos que al menos la mayoría había realizado en momentos antes.

Apolo incluso dejó de llorar para sentir sus mejillas arder de la pena, preguntándose si ella se oía de aquel modo cuando...

Detuvo el hilo de sus pensamientos. No, no iba a pensar otra vez en el alfa de cabellos cenizos que le hizo sentir completa.

-Mierda, qué suerte tienen algunos... -Hades fulminó con la vista a su querido hermano menor.

No sólo pareció ser el más sensato esa noche, incluso resultó útil para llamar a emergencias y de ese modo atender a Adamas.

"Se supone que quién debería estar fornicando es Zeus, no Poseidón. Maldita sea, el fin del mundo está cerca..."

-...Esto es incómodo. No quiero seguir oyendo cómo se cogen a mi hermanita... -Raiden estaba avergonzada, ni ella había llegado tan lejos con el sujeto hindú que estaba de muy buen ver y no deseaba seguir oyendo a su inocente hermana en la situación que ella quería estar.

"Concuerdo con el idiota, qué suerte tienen algunos..."


-Querida hermana, no seas vulgar por el amor a la época victoriana y al buen gusto...-Jackie también se sentía extraña. Un sentimiento indescifrable inundó su ser, observando instintivamente al fornido alfa de cabellos naranjas que le miró avergonzado.

"Quizás el sir y yo podríamos..."

Todos volvieron a quedarse en silencio, dejando que la incómoda y apasionada sinfonía siguiera oyéndose al fondo siendo soportable más no agradable de escuchar.

Las cosas no se podían poner peor.

-Ah~ alfa... préñame ¡PRÉÑAME...!

Al parecer, las cosas siempre podían empeorar.

-¡YA TUVE SUFICIENTE DE OÍR CÓMO FORNICAN EN MI CASA! TODO EL MUNDO, FUERA -Hades era un hombre pacífico, el estándar de alfa equilibrado al que todos aspiraban a ser, por lo que oírlo furioso y al borde de una crisis fue demasiado.

Los presentes hicieron caso, abandonando la casa lo más rápido que pudieron para no seguir oyendo aquello.

-¡¿SE PUEDE SABER POR QUÉ CARGO A ADAMAS?! ¡SOY EL HERMANO MENOR! -Zeus corría al mismo ritmo que los demás, no estaba de acuerdo con tener que cargar con el pelirrojo, pero una mirada asesina de aquellos ojos lavanda y no sólo guardó silencio, incluso pidió a Lucifer que le llevara al hospital más cercano sin importar costo en caso de ser privado.

Qin soltó una pequeña risita cuando su hermano Nikola se despidió de la omega azabache pidiéndole su número. Beelzebub quiso darle un beso, sin embargo su sobreprotector hermano mayor se adelantó y en su lugar zarandeó la sábana que rodeaba al chico castaño a modo de advertencia.

"Vaya, Nikola ya está creciendo~"

-Todos los demás al Jeep de Leónidas. Será su respectivo chófer en compensación por los traumas generados en día de hoy -El alfa gruñó irritado ante la idea de realizar un viaje por persona ajena a su casa, aunque cambió su expresión cuando Apolo tomó asiento en el lado del copiloto.

Podía ser su oportunidad de arreglar las cosas con la omega y quizás...

Apolo lo despertó de su ensoñación en cuanto azotó la puerta y sonó el claxon del vehículo, matando cualquier intención de Leónidas para disculparse esa noche.

𝑪𝒂𝒖𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒎𝒐𝒕𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora