En la penumbra de mis días, creí haber desterrado un amor pasado, como sombras que se desvanecen, ilusiones que creí haber superado. Noche tras noche, en el silencio de mi alma errante el eco de tu recuerdo persiste, un susurro constante.
Intenté hallar consuelo en el vacío que dejaste, pero mi corazón aún late, por tu sombra ha quedado marcado. En la oscura danza de olvido y anhelo, envío flores en silencio, un gesto que oculta mi desvelo. Anónimas como mis lágrimas en la lluvia, mis emociones afloran una tormenta que huye.
Me lastimo sin querer, buscando el alivio en la penitencia, pero cada pétalo caído cuenta la historia de mi impotencia. Amar sin poseer, un dilema que me consume, en el intento de olvidarte mi corazón se despluma y en este laberinto de espinas que yo mismo he tejido comprendo que aferrarse al pasado es un vínculo perdido.
Dejar ir es un arte, una liberación necesaria, como soltar globos en el cielo y dejar que el viento guíe mi fantasía. Así, en la renuncia, hallaré mi propia redención, dejaré que el tiempo cure, como las olas del mar que borran las huellas de la arena.
Aquellas mariposas en mi estómago hoy en día son meras lombrices, mi corazón que latía ardientemente ahora es lento y frio, apagado, escaso de brillo.
Mirar al cielo antes era mi consuelo, pero el ver la luna es mi tormento, por más no querer recordarte. Miro a la luna y te veo allí. Mi mente quiere dejarte ir, pero mi corazón egoísta se niega a soltarte.
¿Acaso lograré olvidarte completamente?
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Pensamientos de un adolescente
Poetry"En nosotros mismos está la respuesta a nuestros problemas".