En el vasto universo de nuestros sentimientos entrelazados, nos encontramos en un punto donde nuestras almas se tocan y se pierden en un caos dulce y adictivo. Cada vez que escucho tu voz, es como si el tiempo se detuviera, envolviéndome en su melodía dorada. No puedo evitar esta adicción que siento por ti, que consume cada fibra de mi ser.
Aunque me parezca maquiavélico y extraño estar siempre pensando en ti, mientras tú pareces ajena a mis sentimientos, no puedo negar el deseo de olvidar todo lo malo y volver a querernos de manera natural. Anhelo que nuestras caricias y besos vuelvan a ser el refugio cálido donde me siento completo, adicto a tu esencia.
Tu ausencia deja un rastro de caos y pesar en mi vida. Sin ti, todo lo que tengo parece perder su valor. Cada beso, cada caricia, desde el pecho hasta la pelvis, calienta mi cuerpo y alimenta esta adicción que siento por ti. La melancolía de nuestra historia se mezcla con los recuerdos felices, creando una maraña de emociones que es difícil de desentrañar.
¿A qué estamos jugando? Todo parece un chiste cruel, un rato de gracia en el cual intenté construir algo verdadero, pero tú lo destruiste. Medité bajo la lluvia, y fue inevitable llorar pensando en ti. Es increíble ver todo lo que fui capaz de hacer por ti y reflexionar si estuve mal, pero al final, el dolor y el sufrimiento son partes inevitables de amar.
En las sombras de mi existencia, la tristeza se ha convertido en una fiel compañera. Con ella bailo cada noche bajo la luna, cargando problemas que pesan toneladas sobre mis hombros, ahogándome en un mar de desesperación. Mi mente es un laberinto del cual no puedo escapar, perseguido por pensamientos que no me dan tregua. Cada rayo de luz parece una esperanza, pero la oscuridad que acecha en cada esquina es más rápida, sumergiéndome de nuevo en la angustia.
Escribo con metáforas porque, aun siendo concreto, las palabras no son capaces de expresar completamente lo que soy y cómo me siento. Mis lágrimas sirven como tinta, narrando una historia de amor, dolor, esperanza, tristeza y un sinfín de sentimientos que reflejan mi desconsuelo. En medio de este mar de emociones, busco la luz en mi propio interior, creyendo que encontraré el camino, aunque sea el más difícil de recorrer.
Mientras admiraba el cielo nocturno, tu imagen invadió mi mente. La luna brilló aún más, y las estrellas formaron la silueta de tu cuerpo y la belleza de tu rostro. Fue imposible evitar llorar ante semejante espectáculo. Aunque no estés aquí, aún puedo verte, y si mi destino es envejecer sin poder volver a tenerte, moriría feliz si al menos puedo volver a verte.
Aquella noche serena, llena de paz, leía bajo la luz de la luna aquellas cartas que solías escribir. Cada palabra, cada frase, resonaba con tu voz y me transportaba a esos momentos en que nos amábamos profundamente. Aunque el dolor de tu ausencia me consume, me aferro a la esperanza de encontrarnos de nuevo.
En lo más profundo de mi ser, algo me dice que debería dejarte ir, pero no sé cómo hacerlo. No quiero estar sin ti, aunque sé que me hago daño al aferrarme a estos recuerdos. La obsesión por nuestro amor pasado me consume, pero no puedo evitar desear una vida contigo.
El dolor y la tristeza son constantes compañeros, y en sus sombras bailo cada noche. La melancolía de nuestra historia se mezcla con recuerdos felices, creando una maraña de emociones difícil de desentrañar. La tristeza se ha convertido en una fiel compañera, y con ella bailo cada noche bajo la luna.
Medité bajo la lluvia y fue inevitable llorar pensando en ti. Es increíble ver todo lo que fui capaz de hacer por ti y reflexionar si estuve mal, pero al final, el dolor y el sufrimiento son partes inevitables de amar. Cada beso, cada caricia, desde el pecho hasta la pelvis, calienta mi cuerpo y alimenta esta adicción que siento por ti.
En medio de este mar de emociones, busco la luz en mi propio interior, creyendo que encontraré el camino, aunque sea el más difícil de recorrer. Escribo con metáforas porque, aun siendo concreto, las palabras no son capaces de expresar completamente lo que soy y cómo me siento. Mis lágrimas sirven como tinta, narrando una historia de amor, dolor, esperanza, tristeza y un sinfín de sentimientos que reflejan mi desconsuelo.
Mientras admiraba el cielo nocturno, tu imagen invadió mi mente. La luna brilló aún más, y las estrellas formaron la silueta de tu cuerpo y la belleza de tu rostro. Fue imposible evitar llorar ante semejante espectáculo. Aunque no estés aquí, aún puedo verte, y si mi destino es envejecer sin poder volver a tenerte, moriría feliz si al menos puedo volver a verte.
Aquella noche serena, llena de paz, leía bajo la luz de la luna aquellas cartas que solías escribir. Cada palabra, cada frase, resonaba con tu voz y me transportaba a esos momentos en que nos amábamos profundamente. Aunque el dolor de tu ausencia me consume, me aferro a la esperanza de encontrarnos de nuevo.
En lo más profundo de mi ser, algo me dice que debería dejarte ir, pero no sé cómo hacerlo. No quiero estar sin ti, aunque sé que me hago daño al aferrarme a estos recuerdos. La obsesión por nuestro amor pasado me consume, pero no puedo evitar desear una vida contigo.
Mientras admiraba el cielo nocturno, tu imagen invadió mi mente. La luna brilló aún más, y las estrellas formaron la silueta de tu cuerpo y la belleza de tu rostro. Fue imposible evitar llorar ante semejante espectáculo. Aunque no estés aquí, aún puedo verte, y si mi destino es envejecer sin poder volver a tenerte. He de aceptarle.
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Pensamientos de un adolescente
Poetry"En nosotros mismos está la respuesta a nuestros problemas".