En un día especial rodeado de amor, parece que el corazón se llena de color. Pero a veces, en la oscuridad de la mente, el vacío se siente, aunque esté presente.
El cumpleañero sonríe y disfruta, mientras su alma triste se oculta. La gente canta, ríe y celebra, pero hay una sombra que le atormenta. El tiempo pasa y la fiesta termina, y el cumpleañero queda solo en la esquina. A pesar de los abrazos y los regalos, se siente vacío, solo y aislado. Así es la paradoja del cumpleaños, un día de felicidad y emociones, pero para algunos, el corazón llora, en medio de una celebración aparentemente buena.
En el día del cumpleaños, una paradoja se crea, entre la alegría y la tristeza que en el alma se mueve. Rodeado de risas y canciones que inundan el aire, pero en lo más profundo, un sentimiento solitario a veces aparece.
El brillo de las velas ilumina el rostro sonriente, pero en los ojos se refleja un anhelo latente. Aunque haya multitudes celebrando a su alrededor, la soledad se cuela, dejando un vacío sin pudor.
El pastel se parte y los deseos se susurran al viento, pero hay una sombra que nubla el sentimiento. Un anhelo de conexiones más profundas y sinceras, que llenen el corazón y desvanezcan las penas.
Así es el cumpleaños, una dualidad envuelta en fiesta, donde la tristeza y la alegría se entrelazan en esta orquesta, pero recuerda, querido amigo, que no estás solo en tu sentir, siempre habrá alguien dispuesto a escuchar, comprender y compartir.
ESTÁS LEYENDO
Pensamientos de un adolescente
Poetry"En nosotros mismos está la respuesta a nuestros problemas".