Capítulo 27

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Los gritos de mi equipo resonaban en mis oídos, pero el odio que tenía ahora mismo hacia ellos era incalculable.


La arena de combate estaba sumida en un tenso silencio cuando, bajo la influencia manipuladora del demonio, me dejé golpear repetidamente. Mi rostro reflejaba una mezcla de resignación y angustia, pero mi determinación original se había desvanecido.


El demonio, con malicia en su sonrisa, aprovechó la oportunidad para infligir daño físico y emocional. Cada golpe resonaba en el aire, pero yo me mantenía inmóvil, como si la amenaza del botón y la posible muerte de mi hermano la paralizara por completo.


- ¿Sigues dispuesta a permitir que te golpee, Lyna? - se burló el demonio, disfrutando de la situación que había creado. - Solo necesitas pulsar este botón y el sufrimiento se detendrá – se volvió a reír.


Con los ojos vidriosos, negué con la cabeza. Me daba igual que me pegara, me daba igual morir...solo podía sentir dolor al saber que quienes se habían convertido en mis amigos me habían traicionado de esa manera. Que Kurama me haya mentido...todo eso era lo que realmente me dolía.


El demonio continuó su brutal ataque, explorando mis debilidades emocionales. La audiencia, testigo de la escena, aplaudían por la "fuerza" del demonio sin saber realmente lo que habíamos hablado entre nosotros.


Cada golpe, cada sonrisa malévola, contribuía a mi tormento, marcando una tragedia en el corazón de la confrontación.


Por mi parte, me enfrentaba a una verdad inesperada, luchaba contra la mezcla de emociones que se agolpaban en mi interior. La imagen de mi supuesto hermano, según este demonio, al que apenas conocía, se entretejía con la confusión y la ira. ¿Cómo podía ser cierto? ¿Mis amigos me habían ocultado algo tan fundamental? ¿Kurama me había estado mintiendo?


El demonio, disfrutando del tormento que sembraba, me observó con una mirada penetrante. La elección estaba ante mi: enfrentarme a la revelación de mi hermano perdido y lidiar con la amenaza del botón, o negar la verdad y arriesgarme a perder a Kurama para siempre. La escena estaba envuelta en suspense, un momento crítico que cambiaría el curso de la batalla y de mi vida.


Con la revelación impactante resonando en mi mente, decidí no permitir que la manipulación del demonio continuara. Con una expresión de determinación y una chispa de ira en mis ojos, di un paso adelante para enfrentarme al demonio que había sembrado el caos en mi mente.

El demonio, confiado por su manipulación, apenas tuvo tiempo de reaccionar. En milésimas de segundo, canalicé toda mi fuerza y destreza, me moví con agilidad y gracia. En un rápido y calculado movimiento, ejecuté un movimiento preciso, culminando en un golpe certero que desarmó y derrotó al demonio, quedando aquel botón en mi poder y desactivándolo.

El silencio descendió sobre la arena mientras el demonio, ahora derrotado, yacía en el suelo. Con la respiración agitada pero decidida, miré al público con determinación. La tensión disminuyó, y la verdad brilló en mis ojos mientras me liberaba de la manipulación.

La audiencia, testigo de la audaz vuelta de los acontecimientos, estalló en gritos y abucheos. Era de esperar, ¿Cómo iba a ganar el equipo de Urameshi? ¿Quién estaba conformado en su mayoría por humanos? En teoría nadie sabe que yo soy yoko, excepto aquel demonio, para el público soy una humana más.


Me dirigí hacia donde se encontraba mi equipo...aquel grupo de traidores.


- ¡Lyna! – gritó Kurama corriendo hacia mi con su máxima preocupación. - ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?


- ¿Qué te dijo? ¿Por qué dejaste que... - empezó a decir Yusuke.


Ahora muchas cosas tenían sentido... ¿por qué él era quien más se ha preocupado siempre por mi? Siempre me cuidó más que nadie, a veces hasta tomaba decisiones por mi. Era muy sobreprotector y no creo que ser de la misma raza de demonios fuera la razón.


Fui una estúpida y les creí.


Ellos jugaron con mi confianza y mi sufrimiento.


- Nos acerquéis a mi – sentencié seria y mirando a algún punto fijo en el suelo. – No quiero saber nada de vosotros. Olvidadme – dije muy enfadada. – Estaré allí sentada, cuando me toque saldré al ring.

Dejándolos completamente sorprendidos y estupefactos me alejé y me senté en el suelo reposando mi espalda en la pared.

Estaba dolorida, muy dolorida, con muchas heridas pero lo que más me afectaba era aquella presión en mi pecho, esas ganas descontroladas de huir y llorar. De gritar.

Pero poco a poco todo se volvió negro. 



¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡

El chico del cabello rojo - Kurama hermano perdido | ✔️ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora