La vida no es fácil.
La vida es muy dura.
Y más para alguien que no debería de existir...una especie que está prohibida.
Las Yokos femeninas.
Camino sin rumbo, sangrando por cada parte de mi cuerpo...salir de aquel dichoso lugar no había sido para nada fácil. Prácticamente toda mi ropa estaba casi destrozada pero...lo había conseguido... ¡Soy libre!
Arrastraba los pies por un bosque a duras penas mientras agarraba la herida que más problemas me estaba dando, un corte en el abdomen.
Escuché ruido y me dejé caer tras un arbusto con la intención de esconderme. Llegué a escuchar la voz de dos chicos lo cual me hizo estremecer...¿vendrán detrás de mí? Tal vez me han estado siguiendo para volver a capturarme. El pánico comenzó a recorrer todo mi cuerpo y mi respiración se aceleró sin darme cuenta.
Aquellos chicos pararon de hablar, lo cual hizo que me asustara más todavía e intentara cubrir mi boca con la mano. La situación empezaba a desesperarme y no tenía fuerzas para absolutamente nada...estaba prácticamente rendida.
La visión comenzó a nublarse y el malestar a inundarme. Pude ver dos cabezas asomar entre el arbusto e intenté pronunciar algo para pedir ayuda...pero ni siquiera sé si llegué a decir algo antes de caer inconsciente.
******
El sudor recorría nuestro cuerpo, la respiración acelerada se hacía presente. Corríamos, atacábamos, saltábamos...entrenar con Hiei era de lo más productivo.
Él y yo llevábamos toda la mañana entrenando en el bosque que queda cerca de nuestro hotel en el que residimos todos: Yusuke, Kuwabara, Keiko, Yukina, Coenma, Botan, Puuchan, Genkai, la hermana de Kuwabara, Hiei y yo.
Hoy tocaba entrenamiento por parejas y a mi me tocó con Hiei. Realmente me encantaba entrenar con él porque con solo una mirada nos entendíamos a la perfección.
Estábamos completamente centrados en mejorar para nuestro próximo evento: El torneo de las artes oscuras, aquí en el Makai.
Pero, de repente, notamos una presencia que se nos había escapado hasta el momento, y nos dimos cuenta por un fallo de este ser: su respiración agitada.
Atentos, nos pusimos en guardia por si teníamos que atacar.
- Cuidado, puede ser peligroso - le dije a Hiei y este asintió.
Caminamos poco a poco hasta el lugar, un arbusto, cuando escuché unas palabras, como si de un susurro se tratara, pero no conseguí entenderlas.
Y no hubo más palabras. Nos acercamos y Hiei cortó el arbusto en el que estaba escondida esa persona.
Ambos nos sorprendimos al ver aquella imagen, una chica bastante herida e inconsciente.
- Solo es una chica - dijo Hiei sin darle mucha importancia.
Yo me quedé observándola, había algo...no sabía el qué, pero había algo de ella que me llamaba....sus facciones, sus rasgos, su ropa, o lo que quedaba de ella, de alguna manera, me era familiar.
Algo se encendió en mi que me inundó el cuerpo y, sin pensarlo, me arrodillé a su lado y le cogí del brazo derecho. Torpe por la desesperación, giré su muñeca y le subí la manga de la camiseta.
Me quedé completamente petrificado.
Mi pecho empezó a doler con fuerza, mi cuerpo empezaba a tiritar, la angustia me invadía...
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El chico del cabello rojo - Kurama hermano perdido | ✔️ TERMINADA
Fiksi PenggemarKurama guarda un secreto. Lyna Guarda otro secreto. ¿Y si Kurama te oculta la verdad? ¿Y si todo es falso? ¿Y si tu especie en realidad....no existe? *Los personajes no son mios, todos los derechos son de su autor. ¡Muchas gracias por leer y coment...