El rugir de la multitud retumba en mis oídos mientras avanzo hacia el centro del ring, el lugar donde se decidirá nuestro destino. Cada paso resuena con un eco de determinación, mezclado con una ligera dosis de nerviosismo que se arremolina en mi estómago. Este no es un combate cualquiera; este enfrentamiento es el último eslabón de la cadena que puede liberarnos de este lugar opresivo.
La iluminación tenue resalta la arena polvorienta, y las miradas de los espectadores siguen cada uno de mis movimientos. A medida que me acerco al círculo central, siento la presión en el aire, como si el peso de toda la expectativa se depositara sobre mis hombros. Este equipo, este combate, marcará el veredicto final de nuestra estadía en este lugar inhóspito.
Frente a mí, el contrincante contrario espera con expresiones desafiantes. La tensión se siente como una corriente eléctrica entre ambos grupos, y la realidad de que este será mi último enfrentamiento aquí me llena de una extraña mezcla de ansiedad y resolución.
Las voces de las comentaristas retumban en el estadio, describiendo la importancia de este enfrentamiento final. Mis compañeros de equipo se colocan detrás de mi, fuera del ring, sus miradas transmiten la comprensión de la trascendencia de este momento. Hiei, Kurama, Kuwabara y Yusuke, aliados en esta última batalla que determinará nuestro destino colectivo.
La campana suena, marcando el inicio del enfrentamiento definitivo. El aire se carga con la energía de la anticipación, y los primeros movimientos revelan la destreza de mi adversario. Cada estrategia, cada táctica, se convierte en un paso crucial hacia la liberación.
Los golpes y las explosiones de energía llenan el lugar mientras me enfrento a nuestro destino. A medida que la batalla avanza, la intensidad aumenta. La multitud reacciona con cada giro de los acontecimientos, y puedo sentir el pulso acelerado de mi propio corazón. Este no es solo un combate; es la encrucijada entre la libertad y la persistencia en este lugar confinado.
La adrenalina fluye por mis venas mientras enfrento a mi oponente en el centro del coliseo. Cada movimiento, cada estrategia, está impregnada de la determinación de ganar este combate y asegurar la libertad para mí y mis compañeros. La multitud rugiendo, las luces brillantes, todo se desvanece en el trasfondo de mi enfoque en la lucha. Parece que lo estoy consiguiendo, pero contra todo mi pronóstico, un humo llena todo el lugar impidiendo que el público y mis compañeros puedan ver lo que pasa dentro.
De repente, en medio de la intensidad del enfrentamiento, siento una presión en mi pecho. Mi mirada se desvía hacia el costado del escenario, y la sorpresa y el horror se apoderan de mí cuando veo a mi antiguo "jefe", una figura imponente y adinerada, emergiendo de las sombras. Un nudo se forma en mi estómago mientras su presencia evoca recuerdos desagradables de maltrato y opresión.
- Tu...no puede ser - pronuncié
El coliseo se sume en un silencio momentáneo, como si el aire se hubiera vuelto denso y opresivo. El brillo triunfante en mis ojos se desvanece ante la aparición de esta figura ominosa. La multitud, que antes celebraba mi lucha, ahora murmura en confusión. Antes de que pueda reaccionar, su mano se extiende y me envuelve con una presión gélida.
El humo se disipa dejando ver el interior del ring. El murmullo crece en el estadio, y mi corazón late con fuerza. Soy arrastrada hacia el centro del escenario, atrapada en la garra de este individuo poderoso que alguna vez tuvo control sobre mi vida. El silencio es roto por su voz, anunciando a la multitud que yo, en realidad, soy su posesión, una yoko que le pertenece.
La vergüenza y la rabia se mezclan en mi interior, pero estoy paralizada. Mis compañeros de equipo miran con incredulidad, impotencia reflejada en sus rostros. Mi pasado, que pensé haber dejado atrás, se manifiesta frente a mí de la manera más humillante posible.
La multitud, inicialmente desconcertada, comienza a reaccionar. Abucheos, gritos y expresiones de descontento llenan el aire. La sensación de ser expuesta y arrastrada de vuelta a un pasado oscuro es devastadora.
- Esta sucia escoria que veis aquí, es una yoko – dijo de forma burlona.
Estaba apresada, con su mano agarrando mi cabeza para que todo el mundo pudiera verme.
Todo el público comenzó a gritar enfurecido ante mi presencia.
- ¡Lyna! – podía escuchar a mis compañeros llamarme, pero no podía verlos.
Pronto comenzó la que sería una auténtica pesadilla.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
Youtube - Suichi Lyna
Instagram: sui.letras
TikTok - suichilyna
SPAM:
AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
*Si quieres un ejemplar, háblame por mensaje directo, comentario o al
email suichileague@gmail.com *♡¡Hasta pronto!♡
ESTÁS LEYENDO
El chico del cabello rojo - Kurama hermano perdido | ✔️ TERMINADA
FanfictionKurama guarda un secreto. Lyna Guarda otro secreto. ¿Y si Kurama te oculta la verdad? ¿Y si todo es falso? ¿Y si tu especie en realidad....no existe? *Los personajes no son mios, todos los derechos son de su autor. ¡Muchas gracias por leer y coment...