Frente a mí, mi oponente se mantiene firme, una figura desafiante que emana determinación y un hedor asqueroso. Su mirada fija en la mía revela la intensidad del combate que está por comenzar. Inhalo profundamente, tratando de calmar los latidos acelerados de mi corazón, y centro mi atención en la tarea que tengo por delante.
Koto marca el inicio del enfrentamiento. El primer intercambio de golpes es rápido y furioso, cada movimiento calculado con precisión. Mi oponente demuestra habilidades formidables, y la lucha se torna más difícil de lo que anticipé. Cierro los puños con determinación, consciente de que cada golpe, cada estrategia, es crucial en esta contienda.
El sudor perla en mi frente mientras esquivo hábilmente los ataques y contraataco con movimientos fluidos. La multitud se entrega al frenesí de la batalla, sus vítores y gritos resuenan en el estadio, brindándome un impulso adicional. A pesar de las dificultades, mi determinación no flaquea; estoy decidida a superar este desafío.
En medio de la refriega, encuentro una oportunidad. Un rápido movimiento, una estrategia bien ejecutada, y logro desequilibrar a mi oponente. La multitud se estremece en anticipación mientras me lanzo hacia adelante, aprovechando la apertura que he creado. Cada golpe cuenta, y puedo sentir la energía del público vibrando en el aire.
Koto cuenta los segundos finales de la lucha, y mi resistencia se pone a prueba. Pero, con un último esfuerzo, logro mantenerme en pie, resistiendo los últimos embates de mi oponente. La campana suena nuevamente, anunciando el final del combate.
La multitud estalla en gritos contra mi y el equipo de los humanos, aunque también se alcanza a escuchar ovaciones, reconociendo la intensidad de la contienda. Mis piernas, aún temblorosas por el combate me llevan fuera del ring, donde me siento en el suelo y con la espalda pegada a la pared.
- Buen trabajo – dice Hiei, quien se acerca a mi – Ahora dime, ¿seguirás evitándonos? – habló mientras se apoyaba en la misma pared que yo.
Yo le dirigí una mirada de furia.
- Ya lo he dicho, no quiero saber nada de vosotros – respondí mirando al frente.
- Pero si quieres saber qué le pasó a Kuwabara.
- Una cosa no quita la otra. No quiero hablar con vosotros, pero quiero que estéis bien – sentencié.
- ¿Se puede saber por qué no quieres hablar con nosotros? Desde que te fuiste el ambiente es de perros – dijo muy molesto – Kurama es el que peor lo está pasando.
- Qué raro, ¿no? ¿Por qué Kurama lo pasaría tan mal por mí? – pregunté casi desafiándolo.
Aquello pareció desconcertar a Hiei, pero aún así no dijo nada al respecto.
- Kuwabara ha tenido un enfrentamiento con Toguro el mayor...ha sido horrible para él. Pero estará bien, solo tiene que despertarse.
- Me alegro que esté bien – dije aliviada.
- ¿Volverás a hablarnos? – preguntó.
Yo me encogí de hombros.
- En un futuro, por ahora es mejor que estemos separados.
- Pero...¿por qué? ¿Tan difícil es de explicar? – preguntó.
- Mucho - fue lo último que dije antes de irme.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
Mil gracias por el apoyo~
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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El chico del cabello rojo - Kurama hermano perdido | ✔️ TERMINADA
FanfictionKurama guarda un secreto. Lyna Guarda otro secreto. ¿Y si Kurama te oculta la verdad? ¿Y si todo es falso? ¿Y si tu especie en realidad....no existe? *Los personajes no son mios, todos los derechos son de su autor. ¡Muchas gracias por leer y coment...