Capítulo 37

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Mi mirada se clava en el, donde mi hermana, con su gracia y habilidad, se enfrenta valientemente a su oponente. Cada movimiento, cada estrategia, es ejecutado con la maestría que la caracteriza. Mi corazón late con orgullo al observarla, pero la paz se desvanece cuando un hombre, como una sombra repentina, irrumpe en la escena. Todo se llena de humo que nos impide ver.

- ¿Qué está pasando? – preguntó primero Yusuke.

- ¡Lyna! ¡Lyna! – empecé a llamarla asustado.

Poco después aquello se desvanece.

Una furia intensa se enciende en mi interior al ver cómo este desconocido se atreve a tocar a mi hermana. El espectáculo de su destreza se ve eclipsado por el asalto de este intruso. La multitud murmura en confusión, pero yo, en el rincón más profundo de mi ser, siento una furia ardiente que amenaza con desbordarse.

Mis puños se cierran con fuerza, mis uñas se clavan involuntariamente en mis palmas. Observo impotente mientras este hombre, con gestos bruscos, se abalanza sobre mi hermana, inmovilizándola. La preocupación se mezcla con la rabia, creando una tormenta de emociones turbulentas.

- Esto no es parte del torneo – susurré.

- Ese hombre no tiene nada que ver con esto – habló Hiei a mi lado, apretando igual que yo los puños, preparado para saltar a escena en cualquier momento.

La multitud se estremece, pero la visión de mi hermana siendo retenida despierta en mí una ira que no conocía. Cada célula de mi ser clama por intervenir, por liberarla de esa captura injusta. Pero, por el momento, estoy inmovilizado por las reglas del combate y la intervención externa.

Mis ojos, normalmente serenos, arden con una intensidad enojada mientras observo cómo ella lucha por liberarse. Los murmullos se convierten en gritos de indignación, y puedo sentir la tensión en el aire, como una tormenta que se avecina.

La voz ronca de mi hermana, sus esfuerzos por resistir, resuenan en mis oídos, avivando el fuego de mi furia. Cada instinto protector que llevaba oculto emerge, demandando acción. El hombre que la sujeta, ajeno a la tormenta interna que desata en mí, continúa con su presa en manos.

Mi hermana, mi sangre, merece ser respetada y protegida. La determinación se cierne sobre mí como una sombra, y sé que esta llama de furia no se extinguirá hasta que tome medidas para liberar a mi hermana de las garras de este intruso.

Pero lo peor llega en el momento en el que encienden las pantallas y aquel ser despreciable empieza a hablar de aquella manera de mi hermana.

Entonces sucedió.

Todo lo que pasó mientras nos separaron a mi hermana y a mi se estaba reproduciendo en aquellas pantallas.


¡Hasta
aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡

El chico del cabello rojo - Kurama hermano perdido | ✔️ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora