CAPÍTULO 2

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Ya estamos en casa de ENFP. INFJ aún no ha llegado y ESTP se ha ido a comer con su novia.

— INFJ ha ido a hacer unas cosas en la biblio. Mientras tanto, puedes venir a mi cuarto.

— ¡No! ¡De ninguna manera vas a dejar a INTJ venir a tu cuarto con nosotros! ¡No quiero estar con mi hermano cuando estoy con mis amigos!

— Pero INTP... Vamos... INTJ es mi amigo... ¿De verdad quieres dejarle solo en el comedor?

La verdad, yo no tengo ningún problema. Es más, no quiero estar con ellos, puesto que son amigos y yo no pinto nada allí.

— No pasa nada, ENFP. Tú tranquila, que yo me quedo aquí quietecito y vosotros hacéis lo que queráis.

— Está bien, INTJ, ya te dejamos en paz. Vamos, INTP, que te quiero enseñar una nueva colección de perros salchichas con tutú que me compré ayer en un mercadillo.

Por fin estoy solo. Lo necesitaba. ENFP es muy pesada, especialmente conmigo, y no entiendo el porqué. La casa de ENFP es muy bonita. Tiene muchas plantas, muchos cuadros con fotos, muchos objetos decorativos... No es el estilo que yo hubiera elegido para mi casa, pero está bien. En esa casa entra mucha luz, demasiada.

— INTJ, ¿Cómo vas? ¿Te aburres? — me pregunta ENFP, que ha salido de la habitación a buscar comida.

— Estoy bien.

— ¿Seguro que no quieres venir con nosotros? INTP ha dicho que quiere enseñarte algo que ha encontrado en un cajón.

— Vale, vamos a ver qué se ha encontrado. Pero si es muy grande, no se lo llevará a casa.

— Sí, sí, vamos.

ENFP me empuja hasta su habitación. Es una sala muy, muy, muy colorida. Tiene cosas kawaii por todas partes y un oso de peluche enorme.

— ¡INTP! Tu hermano me ha dicho que quiere venir un rato.

— ¿Qué? ¡No! ¡Fuera, INTJ!

— ENFP, me has dicho que INTP quería enseñarme algo. Yo no veo que tenga ninguna intención de enseñarme nada.

— Bueno, ahora ya estás aquí... conmigo... y con INTP.

— ENFP, ¿no tenías que traer galletas?

— ¡Ay! Perdón, INTP, es que fui a ver a INTJ y se me olvidó. Ahora voy. ¿Me acompañas, INTJ?

— Sí... Y ya me quedo aquí a esperar a INFJ.

— Debe de estar a punto de llegar.

ENFP va a la cocina, coge un paquete de galletas y se va a su habitación. Justo entonces, oigo tres golpecitos en la puerta y voy a abrirla.

— INFJ. Sabía que eras tú. Nadie toca el timbre tan delicadamente como tú — veo que INFJ se sonroja un poco, pero no le doy importancia — Además, ¿quién más podría ser? ¿El cartero? ¿El vecino?

— INTJ... ¿Qué haces aquí?

— ENFP nos ha invitado a tu casa.

— ¿INTP también está aquí?

— Sí.

— Voy a saludarle.

Cierro la puerta y sigo a INFJ. Entramos a la habitación de ENFP.

— ¡INFJ! ¡Has llegadooooo! ¿Qué estabas haciendo en la biblio?

— Un proyecto con ISFP. Ya casi hemos terminado.

— ¡Qué rollo, tía! Pero ahora puedes estar con nosotros. Mira, estamos jugando a un juego que ha traído INTP.

— ¡INTP! ¿De dónde has sacado el juego? ¿Lo llevabas guardado en la mochila, verdad?

— Pues sí.

— ¿Tú ya sabías que hoy ibas a venir?

— Pues no. Muchas veces juego en clase porque me aburro mucho. Ya está, confesado.

— ¿Y nadie te pilla nunca? — pregunta ENFP.

— No. Creen que soy un chico responsable.

— Pues... alguna vez me podrías dejar un juego... ¿Aún tienes ese que me gustaba tanto?

— Sí. Pero ENFP, a ti te pillarían en seguida.

— Se lo contaría a toda la clase... e incluso al profesor — le digo a INTP.

— Bueno, chicos, me voy con INTJ a mi cuarto.

HISTORIAS DEL MBTI PARA LEER SI NO PUEDES DORMIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora