CAPÍTULO 8

99 6 2
                                    

Ya he llegado a la casa de ENFP y llamo a la puerta. INFJ me abre.

— Hola, INTJ.

— Buenas.

— Bueno, ya te puedes llevar a ENFP a pasear. Yo estaré bien. La verdad, me viene muy bien este tiempo extra. Muchas gracias.

— De nada. ¡ENFP, ya estoy aquí! ¡Vamos!

— ¡Ya voooooy! ¡Hola, INTJ! ¿Listo para pasar un día genial?

— Sí... Supongo que sí.

— ¡Geniaaaaal! Nos vamos, INFJ. Adiosito.

— Pasadlo bien.

ENFP y yo salimos de la casa. No sé qué querrá hacer hoy ENFP, pero espero que no me lleve a ningún sitio romántico.

— Y... ¿Dónde quieres ir primero?

— No sé... ¡Mira, helados!

— ENFP, no sé si es la mejor opción. Estamos en noviembre y... son las ocho y pico de la mañana.

— Pues yo tomo helado siempre.

— Pues vale. Si tú quieres, ve a por uno, pero yo no quiero.

— No. Tenemos que comer juntos — al decir eso, la primera imagen que me viene a la cabeza es una pareja compartiendo el mismo plato de espaguetis.

— ¿A qué te refieres con eso?

— A que comamos en el mismo lugar a la misma hora.

— Ah, sí... Eso tiene más sentido...

— ¿Qué te pensabas que te estaba diciendo?

— Nada...

— Hoy quería aprovechar para decirte una cosa, INTJ. Tú me caes muy bien, eres un buen amigo. Me gustaría que cuando INTP viniera a mi casa, tú estuvieras más con nosotros. Por ejemplo, el otro día te quedaste solo esperando a INFJ. Podías haber pasado a mi habitación.

— Pero INTP no quiere que esté contigo ni con ninguno de sus amigos.

— Pues si INTP no quiere, podemos estar nosotros sin él. Ya sabes... Me caes muy bien y me gusta mucho mucho mucho estar contigo.

— ENFP, yo no...

— Llevo con esto un mes, pero da lo mismo. Eres una persona genial. Me encanta estar contigo. Me caes demasiado bien. Y me puse muy feliz cuando te dije que podíamos pasar un día juntos y tú aceptaste. Y me gusta hacer cosas contigo.

— Ya, ENFP, pero es que yo...

— INTJ, ya no puedo ocultarlo más. Tengo que decírtelo. Yo...

— ¡Espera! ENFP, vamos a ver eso.

— ¿El qué?

— Pues... eso de allí. Mira — le digo a ENFP señalando un cartel enorme. Tenía que evitar que ENFP se me declarara.

— Es solo un cartel, INTJ.

— Cierto, pero... es muy grande. Me pregunto cómo lo habrán puesto allí. ¿Tú qué piensas?

— No sé, INTJ. ¿Entramos en esa tienda de ropa?

— Sí, sí. Yo te sigo.

Por los pelos. Tengo que hacer que ENFP se desenamore de mí como sea. No quiero partirle el corazón y tener que decirle que no la quiero. ¡Pero es que no sé cómo hacer que deje de quererme! Es más, no sé por qué le gusto. Si lo supiera, todo sería más fácil. Espera un momento... ¡INFJ! ¡Puede que ella lo sepa! Ahora tengo que alejarme de ENFP para poder hablar con ella.

— ENFP, tengo que ir al baño. Me voy a ese bar y vuelvo en seguida.

— Vale, pero no tardes.

— Está bien. Me voy, que me estoy meando.

HISTORIAS DEL MBTI PARA LEER SI NO PUEDES DORMIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora