CAPÍTULO 33

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— ¿INFP? — pregunta INTJ.

— Ho-hola...

— ¿Qué estás haciendo aquí? — dice INTJ mirándome.

— H-he venido a...

— ¡INFP, tía! — grita ENFP.

— Hola. Yo... he venido por... ya sabes.

— Ah, sí, claro. Ya me voy. Vamos, hermanita, vamos, INTJcito.

— ¿INTJcito? ¿Desde cuándo me llamas así?

— Tú cállate y sígueme. Vámonos, dejémoslos solos.

— No es lo que parece — intento explicar.

— INTP, aquí ya lo sabemos todos.

— Perdón, INTP, pensaba que ENFP podía saberlo.

— ¿Y mi hermano? ¿Cómo lo sabe él?

— Es que... cuando fui a tu casa y miramos una peli... nos vio.

— ¡Qué vergüenza! ¡INTJ, no es mi novia!

— Aún — dice ENFP.

— ¡Que te calles!

— Qué bonito es el amor... — cantusea ENFP y se lleva a INTJ y a INFJ a otra parte.

— Lo siento, INTP.

— No pasa nada. De todas formas... tenían que enterarse en algún momento.

— Yo... INTP, hoy he venido aquí por ti. Quería verte por Nochebuena.

— ¿De verdad?

— Sí.

— INFP, lo he pensado y... Pensarás que estoy loco o algo así, pero... he pensado en lo que dijiste de que fuéramos novios y... he decidido que quiero ser tu novio.

— ¿De verdad? ¿Estás seguro?

— Sí. Me he dado cuenta de que no puedo vivir solo toda la vida. Tengo sentimientos y debo aceptarlos. ¿Quieres ser mi novia?

— ¡Sí, sí, sí! ¡Claro que quiero ser tu novia, INTP!

— Me alegro mucho de que te declararas. Yo nunca hubiera tenido el valor suficiente.

— Bueno, lo hice porque prefería saber de una vez por todas si tú me querías. No soportaba estar dudando siempre.

— INFP, mira — le digo señalando al techo.

— ¿Muérdago? ¿Quién lo ha puesto aquí?

— No sé. INFP, prométeme una cosa.

— Te escucho.

— Prométeme que me amarás para siempre.

— Lo prometo.

— INFP, te quiero — exclamo contento y le doy un abrazo a mi novia.

— ¿INTP?

INFP se ha quedado sin palabras, así que acerco mi cara hasta la suya y le doy un beso, el primer beso que doy en mi vida. Quiero mucho a INFP, pero nunca se lo he podido decir. Cuando el beso se acaba, nos miramos fijamente, abrazados. Nadie dice ni una palabra. Estoy muy nervioso. No sé por qué he hecho eso de la nada.

— INTP, ¿me has...?

— Sí

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— Sí. Porque te quiero, te quiero mucho, mucho.

— ¿Qué pintaba el muérdago aquí? Alguien lo ha puesto por algo.

— Es sospechoso. Como haya sido ENFP... — y efectivamente escucho de fondo a ENFP riéndose.

— ¿Qué pasa, INTP, colega? Yo ya sabía que vendría tu "novia" hoy.  Yo he puesto el muérdago allí. Pero tranquilo, no he visto nada.

— ENFP, qué vergüenza.

— Ya lo sabíamos todos, no pasa nada. INTP, estás entre amigos.

— Pero ENFP... ¿Y mi hermano? ¿Ha visto algo?

— No. Bueno... En un momento se ha girado para ver qué pasaba y me los he llevado a la cocina.

— INFP, ¿tú ya lo sabías?

— No. Todo esto ha sido cosa de ENFP. Yo no sabía nada, te lo juro. Pero... gracias, ENFP.

— De nada, tía. Ahora solo nos falta ISTJ aquí, pero él no vendrá por nada del mundo. ¿Navidad con los amigos? No, eso no puede ser, la Navidad se celebra con la familia.

— Es verdad, ISTJ es así.

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