CAPÍTULO 89

28 1 3
                                    

— Es por lo de antes, lo de tu mirada asesina. No me refiero a nada romántico, solo digo que tu mirada es... bueno, brillante.

— Ya. Es verdad, cuando hablo de cosas que me interesan con gente que me interesa, me brillan los ojos. Mi madre me lo decía de pequeña. Nadie más me lo había dicho. Es raro que me lo comentes tú, porque tú no eres mucho de fijarte en estas cosas.

— Ya, bueno... Siempre que estás conmigo te brillan los ojos.

— Porque hablo sobre cosas muy interesantes.

— Antes has dicho que era cuando hablabas de cosas que te interesan con gente que te interesa.

— ¿En serio? Bueno, me refería a que esas personas me interesaban para hablar. Bueno, no digo eso. No digo que tú no me intereses como persona, es que... No, ¿qué estoy diciendo?

— INFJ, ¿qué estás diciendo?

— No lo sé — dice riendo.

INFJ desvía la mirada hacia el cielo y se tumba en la hierba. Yo hago lo mismo que ella. INTJ, esto es muy romántico, díselo de una vez.

— INTJ, ¿qué nos pasará? — dice de pronto. Está pensativa. ¿Qué le debe de estar pasando por la cabeza en este momento?

— ¿A qué te refieres?

— Cuando vayamos a la universidad. Nos vamos a distanciar.

— INFJ, tú siempre serás mi amiga — no me gusta tener que referirme a INFJ como amiga, pero tengo que hacerle saber que me cae bien. Ojalá ella tampoco me viera como un simple amigo.

— Prométeme que seguiremos unidos. Y con ISFP, ENTP y ESFP también, claro.

— Nunca me olvidaré de ti. Recuerda, INFJ: somos tú y yo contra el mundo.

— Ja, ja. Eso me lo dijiste en el colegio. También fue en un campamento, ¿verdad?

— Sí. Teníamos seis años.

— Nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿no?

— Sí. Bueno, primero conocí a ENTP, y luego a ti, un año más tarde.

— Y a ISFP, que iba al mismo colegio que yo.

— Me alegro de que os cambiaseis de escuela.

— Yo también. INTJ.

— ¿Qué?

— Ahora sé con certeza que nunca nos separaremos — noto algo encima de mi mano, pero no le doy importancia.

— Nunca te olvidaré, INFJ, nunca. Aunque no estudiemos en el mismo sitio, nunca podré reemplazarte.

— Cada uno seguirá su propio camino, ¿no?

— Sí. No sé qué me pasará. Yo... tenía pensado un futuro, pero... nunca se hará realidad. Soy un cobarde. Tenía que haber hecho unas cosas y así a lo mejor... Olvídalo, solo estaba... ya sabes, pensando en mis cosas.

— INTJ, ¿dónde voy a vivir?

— ¿Con quién vas a vivir?

— ¿Qué?

— Nada.

— Yo... creo que no voy a vivir con nadie. Sería incapaz de enamorarme de otra persona.

— ¿Otra persona?

— No, yo... eh... Digo que no podría enamorarme de alguien. No estoy diciendo que me haya enamorado de alguien... Ja, ja...

— Seguro que encontrarás a alguien que pueda estar para ti, que sea parecido a ti, que te entienda y que te haga feliz.

— INTJ, yo no... ¿Y tú? ¿Tú crees que encontrarás el amor?

— ¿Fuera de este instituto? ¿Lejos de vosotros? No. Nunca lo encontraré allí fuera.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— No quiero decir nada. ¿Y si dejamos de hablar sobre esto?

— Vale. A mí tampoco me gusta hablar sobre estos temas... contigo.

— ¿Por qué?

— Es que... tú... Yo... no puedo decírtelo. Quiero que sigas siendo mi amigo.

— INFJ, no te entiendo.

— INTJ, eres el segundo mejor amigo que alguien podría tener. Soy muy afortunada de tener tu amistad, y eso lo valoro mucho. No quiero perderte, INTJ.

— Yo tampoco, INFJ, yo tampoco.

— ¡Au! Algo me ha apretado la mano. ¿INTJ?

De repente veo que le estaba cogiendo la mano a INFJ... otra vez. ¡Qué feeler! Estás enfermo con INFJ, INTJ. Realmente no quiero perderla. Cuando me ha dicho que no quería perderme, inconscientemente le he agarrado la mano con fuerza. Seguramente, ya se la había cogido antes. ¿Qué hago? No sé qué decirle. ¿Cómo improviso?

— ¿Por qué me estabas...

— Oye, tú también me estabas cogiendo de la mano, ¿lo ves?

— Sí. Perdón.

— No te disculpes.

— ¿Qué?

— Que no me molesta.

— Claro que te molesta que te toquen. Y yo no soy ninguna excepción.

— INFJ — la pobre no tiene ni idea de nada.

— INTJ, a veces no te entiendo.

— A veces no me entiendo ni yo mismo. Es que yo... INFJ, yo...

— ¿Qué te pasa, INTJ?

— Nada, nada. Mira qué bonito está el cielo.

— Te seguiré el rollo y dejaré que cambies de tema. Pero... yo... quisiera decirte algo.

— Te escucho.

— Eh... tú me... me... ¿me dejarías un poco de agua?

— Eh... sí... — eso ha sido raro.

— Gracias. Es que necesito hidratarme para hablar, ¿sabes?

— Sí. ¿Quieres un vaso?

— No, gracias.

Observo a INFJ mientras bebe agua. Ha estado diciendo unas cosas muy extrañas. Cuando habla, se nota que está nerviosa. Le está costando sujetar la botella. Las manos le están temblando, al igual que sus labios finos y suaves, esos labios que miro muy pocas veces porque no quiero hacer contacto visual con INFJ, los mismos labios que yo nunca podré besar.

HISTORIAS DEL MBTI PARA LEER SI NO PUEDES DORMIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora