𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙾𝚗𝚌𝚎

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A su paso, el lobo dejaba desastre: puestos volcados, ropa tirada, verduras esparcidas, pero la gente simplemente recogía sus pertenencias sin quejarse con comentarios maliciosos. Aker se disculpó con ellos y continuó siguiendo el rastro que su Omega había dejado.

—¿Lograron encontrarlo? —pregunto al hombre que se acercaba a él.

—Esta en la granja de la Señora Dagna —respondió.

Aker asintió con un mueca.

—De aquí me encargo yo.

Se subió a su caballo y emprendió camino hacia la granja, consciente de lo que le esperaba al llegar. Aker no toleraría que insultaran a su Omega, incluso si este fuera el culpable.

Desde lejos, se escuchaban los gritos histéricos de la señora. Aker apresuró el paso y entró sin permiso a la propiedad. Se dirigió hacia donde los gritos eran más intensos, y a medida que se acercaba, su rostro se deformaba cada vez más por la molestia.

—¡Sal de ahí bestia! ¡Pagarás por lo que le hiciste a mis animales! —gritaba— ¡Eres un asqueroso perro callejero!

El lobo blanco lo observaba tranquilamente desde su posición.

Ese era el sonido que molestaba a Denix desde la lejanía: el bullicio de los animales de la granja. Desde que salió corriendo, no se detuvo, arrasando con todo a su paso hasta llegar allí. Enloqueció al descubrir a los animalitos; persiguió patos, gallinas, vacas, ovejas, caballos y cualquier ser que se cruzara en su camino. El lobo se volvió frenético al descubrir a estos seres, apretándolos hasta dejar a algunos moribundos, especialmente a los más pequeños. Lo que más llamó su atención y provocó el ruido que escuchaba desde lejos eran los cerdos. Jugar con ellos se convirtió en una diversión, persiguiéndolos hasta que se cansó. Su pelaje blanco terminó cubierto de lodo, plumas y pelos de los diferentes animales.

Finalmente, se encontró echado junto a un cerdito, siendo uno más de ellos. Mientras lamía al cerdito, escuchaba la mujer parloteando al fondo. Fue entonces cuando distinguió el olor de su Alfa. El lobo Omega se levantó y corrió en la dirección de ese olor tan delicioso.

—¡Oye, chucho, estoy hablando contigo! —gritó persiguiendo al lobo, pero se sorprendió al ver a Aker con el lobo lleno de lodo en sus brazos. El lobo le lamía la cara y restregaba su hocico en el mentón marcado del Alfa. —¡Esa basu...!

—Le pido de favor, señora Dagna, que no se dirija así a mi Omega —cuestionó con voz fría—. Sé que hizo mal, pero no es motivo para insultarlo de esa forma.

—¿S-su Omega? —preguntó estupefacta.

—Él solo es inquieto —añadió, mientras el lobo jaloneaba su oreja intentando llamar su atención—. Solo hágame una lista de los daños causados y envíemelos con cualquiera de mis hombres —informó, sin esperar respuesta. Sostuvo firmemente a su lobo Omega inquieto y se dirigió hacia su caballo.

—Eres un tremendo, ¿cuántas gallinas te comiste? —preguntó al lobo, recibiendo como única respuesta un lengüetazo en la mejilla..

Aker lo presionó en sus brazos y comenzó a repartir besos por su hocico, frente y detrás de sus orejas, arrancándole suaves ronroneos al lobo mimado.

Montó en su caballo y emprendió el camino de vuelta a casa; Sabía que le esperaba la tarea de darle un baño a su Omega cerdito.





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ωιʅ𝚍 𝙳єѕтιиу ♡•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora