𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑜𝑐ℎ𝑜

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—Recibirás tu castigo por travieso, bebé.

Denix jadeó con anticipación, ansioso de que Aker tomara la iniciativa. La impaciencia lo invadió cuando Aker se limitaba a acariciar sus piernas desnudas, apretándolas suavemente. Decidió tomar el control, enredando sus piernas alrededor de la cintura de Aker, atrayéndolo hacia sí con firmeza. Sus brazos se enroscaron en el cuello de Aker, cerrando el espacio que los separaba.

Y en un gesto desesperado, unieron sus bocas en un beso apasionado. En la cocina, solo resonaban los chasquidos húmedos y las respiraciones agitadas de ambos, creando una melodía ardiente.

Pronto, feromonas impregnadas de excitación danzaban en el aire, envolviendo a Alfa y Omega en un beso ardiente. La calma se había desecho por completo, y los chasquidos húmedos solo avivaban con más intensidad la pasión que fluía entre sus cuerpos.

—Sabes tan delicioso, bebé —gemía Aker sobre los labios entreabiertos sabor a chocolate de Denix, sin darle oportunidad de responder volvió a devorar la irresistible boca de cereza que tanto adoraba. Su lengua jugueteaba hábilmente en el interior de la boca de Denix, buscando un encuentro apasionado con la otra.

Mientras tanto, sus manos exploraban debajo de la camisa de Denix, acariciando la suave y cálida piel, hasta detenerse en los pezones erectos. Una sonrisa se dibujó en medio del beso cuando los apretó, y como recompensa, obtuvo un gemido delicioso que nubló aún más sus sentidos.

Denix se dejaba envolver por las espesas feromonas de Aker, embriagándolo aún más. El razonamiento se desvanecía ante la espesura de ese aroma intoxicante y adictivo. Inclinó la cabeza hacia atrás, esbozando una sonrisa tonta al sentir los labios de su alfa en su piel ardiente, mordió su labio inferior para acallar los jadeos placenteros. Sin embargo, resultaba inútil cuando Aker exploraba su cuerpo con tanto atrevimiento y sensualidad. Sus manos se aferraban a los fuertes hombros de Aker, buscando un sostén para contener los placenteros espasmos que recorrían su cuerpo.

Aker besaba y succionaba el cuello expuesto de Denix, al mismo tiempo que frotaba con descaro e insistencia el prominente abultamiento preso en su pantalón contra la pierna de Denix. Este último no dejó sus manos quietas, una de ellas descendió hasta el abultamiento para apretarlo y acariciarlo suavemente, arrancándole gemidos roncos y profundos de Aker.

Aker se separó abruptamente de Denix, decidido libero a su Omega de la molesta camisa. Y con destreza, levantó a Denix sobre su hombro, arrancándole un sorprendido grito. Camino en dirección a la habitación, y no desaprovechó la valiosa oportunidad de apreciar el hermoso trasero de su Omega. Aprovechó la proximidad para darle un mordisco y una fuerte palmada, provocando una protesta juguetona en Denix.

—¡Aker! —lloriqueó, sobándose la zona afectada.

—Miren nada más cómo dejó la casa —comentó Aker al pasar por la sala—. Mereces un castigo, bebé hermoso.

—¿Y me va a doler?

—Mm, depende de cuánto te guste el dolor.

—Ouh.

Aker se adentró directamente al baño, ya que estaban pegajosos de chocolate debido a su Omega travieso. Sentó a Denix en el lavabo, pero este, de un salto, se bajó, dándole la vuelta y arrinconándolo en el lavabo.

—¿Qué pretendes hacerme, bebé Omega?

—Alfa, me he portado mal hoy. ¿Quieres una recompensa? —habló con voz melosa y fina.

Aker se quedó inmóvil en su puesto, sus ojos se dilataron y brillaron en dorado. Parece que a su lobo pervertido se le estaban cumpliendo sus fantasías, así que ahí disfrutaban ambos.

ωιʅ𝚍 𝙳єѕтιиу ♡•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora