❃Capitulo Treinta y Ocho ❃

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—Pero ese experimento podría significar el fin de esa criatura.

—¿Ahora te importa eso, hermano? No era eso lo que querías al hacerme elegir entre mi familia y él. Y eso es lo que hago, no soy estúpido como para elegir esa cosa que solo sirve para hacernos ricos.

—Lo hice por tu bien. No quería que echaras a perder todo el trabajo que hemos realizado entre todos por una criatura que no lo vale. ¿Y garantizas esta vez el éxito de este experimento? Sabes que esta es tu última oportunidad, o serás reemplazado. Y no me importa que seas mi sangre.

—¡No puedes hacer eso! Soy tu hermano y no puedes dejarme fuera de mi propia investigación.

—Caleb, con tus experimentos anteriores has matado a las mejores especies y las más fuertes. Ya no creo que este experimento, por el que tanto alardeas, sea capaz de lograrse. Si esta vez vuelve a fallar, no solo te reemplazaré, sino que también te dejaré fuera de la familia. Te estoy dando la última oportunidad, así que no falles. Y ya falta poco para la subasta; crea especies hermosas para subastarlas junto con la Aqua.

—Crearé las más hermosas, no tengas duda. Y el experimento será un éxito, te lo aseguro. Mañana mismo comenzará la primera fase de la prueba del Inhibidor Transformador. Y con ello, llegarás a la cima de la jerarquía, hermano.

—Más te vale que funcione, Caleb.


Rhea caminaba apurada por los pasillos blanquecinos del frío laboratorio, observando con ansiedad cada habitación en busca de la persona que necesitaba encontrar. ¿Cómo pudo olvidar decirle algo tan importante al comandante? No se perdonaría nunca si algo le sucedía al Omega de su superior. Durante la conversación que tuvieron después de regresar de ese lugar, había olvidado completamente lo que escuchó. Aunque el nombre “0” le resultó familiar en ese momento, no recordaba por qué era importante. Se odiaba a sí misma en ese momento, la conversación seguía reproduciéndose en su cabeza una y otra vez. Ahora, con toda la información sobre los planes que se tramaban, esa conversación cobraba más sentido. Era como un arma de doble filo apuntando hacia ellos sin piedad.

Cuando quiso avisarle a Aker sobre la conversación, ya era tarde; él ya se había ido a presentar su idea del Inhibidor al líder del lugar y seguramente el Omega ya estaba en las salas de experimentos.

Rhea sintió un alivio inmenso al divisar a Aker dirigiéndose a la oficina de uno de los Wood. En ese momento, sintió que su alma volvía a su cuerpo.

—¡Hey! —gritó, llamando la atención de Aker, quien rápidamente se dio la vuelta al reconocer el grito.

—¿Qué haces por aquí, Rhea? Este sitio está prohibido para ti —regañó—. Lo que sea que tengas que decirme, espera a la reunión…

—¡No! Esto no puede esperar —comentó con urgencia.
—¿Qué pasa, Rhea? Dilo ya.

—Es su Omega, comandante.

—¿Qué le pasó a mi Omega?



—¿Qué le pasó a mi Omega?

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ωιʅ𝚍 𝙳єѕтιиу ♡•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora