Capitulo -51

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Reunidos alrededor de una mesa redonda, Aker ocupaba la cabecera, con Geb a su lado y sus hombres de más alto rango distribuidos a su alrededor. La atmósfera era solemne mientras discutían los eventos ocurridos durante los días en que Aker había estado ausente, así como los informes de los otros líderes.

-El equipo Garuda informando al líder -anunció un alfa corpulento de unos cuarenta años, con una voz grave que resonó en la sala.

Este hombre, un cambiaformas cóndor, era parte del equipo que conformaba el Escudo del Bosque. Los Garuda, liderados por Mortis, un alfa águila, estaban compuestos por aves de diferentes tipos que vigilaban el territorio desde las alturas. Los cóndores, en particular, eran conocidos por su fuerza, paciencia y majestuosidad, dominando los cielos a grandes alturas como vigilantes silenciosos.

-La situación es estable. No ha habido intromisiones que no se puedan manejar en el bosque, aunque los intentos no han cesado. Anteayer, un grupo quedó atrapado en las trampas mientras intentaban adentrarse más en el bosque. Fueron detenidos a tiempo y llevados a interrogatorio. Allí confesaron que estaban aquí para verificar si era cierto lo que se decía sobre el Bosque Oscuro.

Un murmullo de carcajadas se extendió entre los presentes, pero Aker se mantuvo inmutable, asintiendo con gravedad ante cada palabra del alfa.

-¿Acaso son idiotas? -comentó uno de los hombres, sacudiendo la cabeza con incredulidad-. Parece que cada vez la civilización se vuelve más estúpida.

-La gente necesita experimentar las cosas en la carne propia para aceptar la verdad -respondió otro, con tono reflexivo.

El comentario resonó en la sala, recordando a todos los presentes el patrón repetitivo que enfrentaban a lo largo de los años: personas que, guiadas por las leyendas sobre el ser que habitaba el Bosque Oscuro, se adentraban en busca de la verdad.

Lo que no entendían es que ese bosque no era como los demás. Aquellos que se atrevían a cruzar sus límites eran transportados al verdadero Bosque Oscuro, un lugar donde sus peores pesadillas cobraban vida. La mayoría nunca salía. Los que lo hacían, regresaban completamente locos o muertos en vida.

El bullicio de las conversaciones fue interrumpido por la firme voz de Aker.

-Prosigue.

El alfa cóndor inclinó ligeramente la cabeza y continuó:

-De los doce hombres que capturamos, solo sobrevivieron dos. Los otros diez... bueno, fueron alimento para las criaturas del Hoyo Negro.

Un silencio pesado se instaló en la sala. Las criaturas del Hoyo Negro eran una realidad que todos conocían, pero que pocos se atrevían a mencionar.

-Los dos sobrevivientes enloquecieron al presenciar cómo esas cosas devoraban a sus compañeros. Los escoltamos hasta la salida del bosque, como de costumbre.

Aker cruzó los brazos, su mirada fija en el alfa. Sabía lo que seguía: esas dos almas, al no estar cuerdas, serían desechadas por la sociedad, tachadas de locos y olvidadas. Sin embargo, siempre había quienes, atraídos por las historias que contaban, intentaban probar suerte, alimentando el ciclo de muerte y locura.

-Esos dos irán a hablar de lo que vivieron -añadió el alfa, con tono cansado-. Pero al ser tratados como dementes, solo incitarán la curiosidad de los demás. Y así seguirá este ciclo, una y otra vez.

Aker apoyó los codos en la mesa, entrelazando las manos frente a su rostro mientras reflexionaba. El Bosque Oscuro era un arma de doble filo; una fortaleza inquebrantable, pero también un imán para los necios que no sabían en lo que se estaban metiendo.

ωιʅ𝚍 𝙳єѕтιиу ♡•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora