O5| I'm here

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Reproduzcan la canción más sad de su playlist⭑☽

T O M

No... No, no, no. Esto no puede ser verdad. Ella no puede ser mi... No.

Sujeto mi cabeza, estando al borde de cometer una locura. Observo a Levi arrastrarse hacia Artemisa e inmediatamente la niña se lanza a sus brazos, buscando sentirse segura. Su mirada refleja miedo... hacia mí.

Y es ahora cuando me doy cuenta de que soy un maldito monstruo... Lo soy porque un ángel como ella me teme.

Los ojos más hermosos que he visto en toda mi miserable existencia calan en mi alma, llegando hasta mi corazón, reviviéndolo sin tener que hacer algo más que solo mirarme.

Todo el odio que sentía hasta hace unos segundos ha desaparecido. Pero también es cuando termino por tocar fondo. Mi pecho irradia una sensación cálida que solo Artemisa era capaz de lograr, pero que ahora ese pequeño ser tiene el poder de hacerlo también. Mi respiración se entrecorta y lo único que puedo hacer es retroceder, alejarme de ellas, como si temiera romperlas. Y es que una ya está rota. Por mi culpa.

Los recuerdos me golpean uno tras otro, arrastrándome a un camino sin salida.

Ozuru y Han se encargaron de arrebatarnos algo que iba a ser nuestro, nos arrebataron la oportunidad de ser una familia, de formar un hogar, que aunque no lo habíamos dicho con palabras, estábamos dispuestos a hacer que funcionara sin importar qué. Recuerdo el dolor que sentí al saberlo, recuerdo las noches que parecían nunca terminar cuando mi mente decidía traicionarme y me torturaba hasta el amanecer al recordarme que no pude llegar a tiempo a ella, que no pude salvar lo que era nuestro.

Y ahora que veo con mis propios ojos lo que perdí por haber sido un imbécil, no puedo odiarme más de lo que ya lo hago.

Los años han pasado, en ella, en mí, en esa pequeña que parece estar aterrada con mi presencia. Lo peor de todo es que no puedo devolver el tiempo atrás. No podré volver a verla nacer, no podré cargarla entre mis brazos en sus primeros minutos de vida, no podré tomar la mano de Artemisa para besarla y decirle lo fuerte que es, no podré verla dar sus primeros pasos... El tiempo ahora es mi único enemigo y aunque me cueste aceptarlo, es un enemigo que jamás podré vencer.

Quiero gritar, arrancarme el maldito corazón del pecho para no sentir. ¿Por qué? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué no la escuché? ¿Por qué permití que se fuera? ¿Por qué si la amaba tanto? Aquella noche en Leipzig, Artemisa llevaba a nuestra hija en su vientre y a pesar de eso la hice sufrir, la traté como si no fuera la mujer de mi vida. ¿Qué carajos he hecho?

Debí haberla escuchado, debí estar con ella cuando más me necesitaba.

Las piezas de mi corazón se han perdido en un vacío interminable, en un vacío al que solamente Artemisa sería capaz de sumergirse por mí. Y es que no he conocido a nadie como ella. Todo este tiempo intenté hallar a alguien que al menos se asimile, pero nadie le llega ni siquiera a los talones. Nadie pudo ocupar su lugar, y es que dejó la valla alta después se haber arriesgado su vida por mí, después de haber sido la única que me demostró que la vida sí tiene sentido y que a pesar de ser cruel, te regala momentos de alegría infinita.

Y antes de que pueda darme cuenta, mi rostro se humedece debido a las lágrimas. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Bajo la mirada, descubriendo que tengo mi arma entre las manos. Entonces, la escondo tras mi espalda y elevo las manos, mostrándole a esa pequeña las palmas de estas: libres y limpias.

Darkness feel like homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora