32| The truth [Part II]

420 48 26
                                    




T O M

Mi cabeza, los recuerdos, mis sentimientos, todo está traicionándome. Mi ego ha sido herido y lo único que quiero hacer es asesinar a todos. Estoy volviéndome loco.

Era el hombre más temido, nadie se atrevía a dirigirme la mirada y mucho menos a hablarme si yo no lo permitía... Todo eso cambió cuando ella llegó.

Artemisa apareció en mi vida para encadenarme, para ponerme de rodillas ante ella, porque aún teniendo el corazón hecho mierda, soy capaz de morir por ella, de matar por ella, de poner el puto mundo a arder si me lo pide.

Soy esclavo de sus besos, de sus ojos, de su cuerpo, pero sobre todo de sus caricias y de su voz... Esa voz que tantas veces ha gemido mi nombre, ese que me pedía con urgencia que parara de torturarla, ese que he escuchado tantas veces hablarme por las noches hasta quedarme dormido.

La odio, la odio porque hace que pierda la puta cabeza y dejo de tener el control. Detesto que tenga poder sobre mí. ¿En qué momento me convertí en esto?

No sé qué carajos hacer. Quiero arrancármela del pecho, dejar de pensarla, pero es imposible. Artemisa Sallow está metida en mí hasta los huesos. Pero la odio porque se atrevió a acostarse con Levi, con ese maldito perro faldero que no hace más que estorbar, con ese que piensa que es mejor que yo.

Si quiere orillarme a convertirme en el villano una vez más, entonces eso haré. No pienso seguir arrastrándome.

Mientras yo buscaba pruebas irrefutables de mi lealtad hacia ella, Artemisa se revolcaba con ese lamebotas que llama «hermano». ¡¿Es que acaso no le ha quedado claro que solo es mía?! Permitió que otro la tocara, que otro... ¡Mierda!

La sangre me hierve, pero a pesar de estar furioso, no puedo pasar por alto el hecho de que
soy suyo y no hay forma de remediarlo. Enamoró al diablo y ahora soy preso de sus cadenas y ella de las mías.

—Papi.

La voz de Selene me saca de mis pensamientos.

A estas alturas estaría ebrio, habría destruido todo a mi paso, habría asesinado a quién sabe cuántas personas mientras intento olvidarla follándome a otras. Los noticieros estarían inundados con notas sobre asesinatos y caos en Rio, pero en cambio heme aquí en medio de un centro comercial obligando a Georg a cargar bolsas enormes repletas de osos de peluche y otros animales con relleno que mi hija eligió.

Sel había quedado enamorada de un oso afelpado tras un mostrador. Ingresamos y poco le faltó para ordenar a los de la fábrica en China que produjeran otra tonelada más solo para ella. Y yo iba a complacerla de no ser por el hecho de que se aburrió de elegir peluches y salió corriendo hacia la tienda de en frente.

—Papi, ¿crees que este le guste a tío Gustav? —pregunta señalando un fusil de juguete.

Selene a estas alturas está acostumbrada a ver armas cerca de ella y lo cierto es que formarán parte de su vida hasta quién sabe cuánto tiempo, así que lo mejor es que empiece a perderles miedo.

—Creo que ese modelo es el que falta en su colección.

—¿En serio? —asiento—. Entonces lo llevaré para él.

Gustav está supervisando a la mujer de bienes raíces que dejé en la mansión que compré hace unas horas, la cual se está encargando de amoblarla para Selene y para mí, por eso no está aquí ayudando a Georg a cargar bolsas.

Darkness feel like homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora