Darkness feel like home

34| Monster

Base militar subterránea de alta seguridad, Alaska.

★ B I L L ★

No estoy bien.

Y me pregunto si después de todo lo que he hecho sigo teniendo algo de humanidad.

No debería. No lo merezco.

Suspiro, sintiendo mi abdomen doler.

Hace unas horas desperté desorientado, herido, gritando despavorido como un maldito loco. Un enfermero me aplicó un calmante, diciéndome que todo estaba bien, aunque nada se sentía así en realidad.

Finalmente caí inconsciente por milésima vez. Lo último que recuerdo es ver el rostro colérico de Gregory sobre mí, moliéndome a golpes. No sé cuánto tiempo ha transcurrido desde eso.

No se tomó muy bien el hecho de que haya ido a Rio sin su consentimiento, pero poco me importa, a pesar de que eso casi me haya matado.

Debía hacerlo.

Por Tom, por Selene.

Decidí hacerlo después de descubrir que Elettra llevaba un paso de ventaja a comparación de Gregory. Es como si hubieran planeado lo mismo sin siquiera haber tenido interacción alguna entre sí. O al menos eso creo yo.

No me sorprendería que esos dos estén detrás de todo esto.

Gregory planeaba secuestrar a Selene, pues al hacerlo, tendría a Tom y a Artemisa comiendo de la palma de su mano. Harían lo que les ordenara sin dudar, perderían la cabeza. La operación estaba lista, pero entonces alguien más se adelantó.

Elettra de alguna manera descubrió dónde se escondía Selene en Nueva Zelanda junto a Gustav, Georg y Levi, y no dudó en atacar. Sin embargo, su plan fracasó.

En ese momento supe que era hora de dejar a un lado mi propio sufrimiento para evitar que los que más amo sufrieran la pérdida irreparable de la más pequeña de la familia...

Selene Kaulitz.

Llegué al punto en el que mi mente se desconectó completamente de mi corazón. Y continúo así. Camino, hablo y actúo por inercia. Como si nada tuviera sentido.

¿Y es que acaso la tiene?

Lo único real en mi vida es lo mucho que amo a Démeter y temo que ella no lo haga más. ¿Cómo podría después de todo lo que he hecho?

Recordar todo el daño que le he causado solo me enferma. Me pregunto si realmente lo estoy. ¿Estoy enfermo? ¿O es que acaso enloquecí? ¿Qué sucede realmente conmigo?

Un suspiro escapa de mis labios cuando decido volverme para mirar al techo de lo que parece ser la enfermería. Mi cabeza duele como los mil demonios, al igual que todo mi cuerpo. El ruido de las máquinas a las que estoy conectado es lo único que se escucha, junto con las voces en mi cabeza que parecen no querer callarse nunca.

Esas mismas voces son las que aparecieron después de ser sometido a cientos de torturas cuando solo tenía diez años de edad, las mismas torturas a las que Gregory decidió someterme en cuanto volvió a tenerme en su poder después de muchos años.