Darkness feel like home

Epilogue

[UN AÑO Y MEDIO DESPUÉS...]

⛦ T O M ⛦

Ver mi reflejo en el espejo usando traje hace que una sonrisa burlona se forme en mi boca. Si el Tom de hace más de siete años me viera ahora, estoy seguro de que me pegaría un tiro sin dudar. Pero si le dijera todas las cosas que he hecho para llegar hasta donde estoy, la bajaría.

Cuando tenía diez años, Gregory Sallow se encargó de quitarme a mi familia, de hacerme pagar por errores que no eran míos. Después, cuando cumplí quince, se aburrió de torturarme y decidió echarme a la calle como basura.

La sed de venganza apareció entonces.

Me había arruinado la vida y debía pagar por haberlo hecho. Sin embargo, no iba a ser fácil. Gregory era el König —Rey— de la mafia alemana, tenía poder, más de lo que creía. Asesinarlo no iba a ser fácil, para lograrlo debíamos ser alguien en el mundo en el que se movía y por eso decidimos comenzar a levantar nuestro imperio en Tokio, Japón.

Bill y yo logramos ser los líderes de la mafia japonesa, pero tuvimos que huir de ese país porque Gregory envió a sus secuaces a deshacernos de nosotros antes de que pudiéramos ganar suficiente poder para acabar con él.

Luego, escuchamos que ese sujeto se ocultaba en Paris, Francia, en el mismo lugar en el que nosotros reconstruíamos nuestro imperio de las cenizas. Lo buscamos hasta no poder más, sin éxito. Así que ideamos un plan para sacarlo de su escondite: asesinar a quien amaba.

Claro que no contábamos con que él, en realidad, no amaba a nadie, mucho menos a la mujer que le dio dos hijas.

El König utilizó el dolor que ellas sentían por la pérdida de su madre contra nosotros, para acabarnos a como dé lugar sin ensuciarse las manos...

Entonces la vi.

Sus ojos azules me miraban con tal odio que me era imposible apartar la mirada de ella. Y es que era —y sigue siendo— la mujer más hermosa que he visto. Una diosa griega en todo su esplendor, haciéndole honor a su nombre.

Artemisa dejaba embelesado a cualquiera con su belleza, era capaz de enloquecer a quien sea y aunque algo dentro de mí se sentía atraído por su hermosura, su aroma a peligro fue lo que terminó haciéndome caer de rodillas ante ella más veces de las que puedo recordar.

Le mostré mi oscuridad, le mostré lo letal que podía llegar a ser... y ella siguió de pie, lista para recibir la siguiente estocada, lista para enfrentarme.

Artemisa me tiene, siempre me ha tenido y siempre me tendrá. No hay nada que pueda apartarme de su lado y si lo hubiera, lo destruiría con mis propias manos antes de pasar un minuto lejos de esa mujer.

Cada célula de mi cuerpo le pertenece, al igual que ella a mí.

Quiero reclamarla como mía en la cantidad de formas que existan sobre la faz de la tierra e incluso después, quiero que todos sepan que es mía y yo suyo, que la amo como nadie antes había amado y que seguiré haciéndolo hasta que el tiempo y el universo dejen de existir.

Y es por eso que a partir de hoy, después de haber tomado mi lugar como el König de la mafia alemana, ella llevará mi apellido y asumirá el cargo de Königin —Reina. La felicidad y el orgullo no caben en mi pecho.

Un silbido se escucha tras de mí y al mirar por el espejo, veo a Bill recostado en el umbral de la puerta con el cabello perfectamente ordenado usando un traje color negro.

—El blanco hace que tus ojos resalten, ¿te lo había dicho antes?