25| I miss my brother

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Tom siente su mejilla escocer. Lleva una de sus manos a la zona afectada y regresa la mirada al frente, encontrando los ojos azules de Artemisa llenos de lágrimas.

—No vuelvas a tocarme.

Esas palabras traspasan su alma. Quiere recuperarla, se está volviendo loco sin tenerla al lado.

—Artemisa...

—Lo único que nos une es Selene.

—Nos unen muchas más cosas.

Una risa seca escapa de la boca de la peli negra.

—Yo también creía lo mismo, pero ¿sabes qué? Tú solo piensas en ti mismo, no te importa nadie más, destruyes a todos los que te rodean... Y luego te arrepientes, pides disculpas, haces promesas que sabes que nunca cumplirás y cuando terminas de unir las piezas que rompiste, vuelves a destruirlas como si nunca te hubiera importado.

El de barba aparta la mirada.

Artemisa es la única persona, además de Bill, que es capaz de hacerlo sentir miserable, justo como ahora. Su corazón duele, su mente le pide incansablemente que regrese a su lado porque la necesita para vivir, pero la posibilidad de que eso suceda se siente... lejana, casi inexistente.

La peli negra, de cierta forma, se siente estúpida al recordarle lo que en realidad es, pues Tom siempre fue muy claro con ella. Siempre le dijo que no estaba hecho para amar, que no sabía cómo hacerlo, que es una máquina de destrucción, siempre... le dijo la verdad y fue ella quien aceptó lanzarse al vacío sin pensar en las consecuencias.

Ese «vacío» es haberse enamorado de él a pesar de saber el monstruo que era.

Entonces, recuerda aquella noche en Heaven, en el club nocturno que le pertenecía a los gemelos en Tokio. Aquella noche que lo cambió todo, aquella noche cuando Tom... la hizo suya sin importar qué.

El mayor de los Kaulitz había enloquecido después de abusar de ella, sentía que debía sufrir, que no merecía seguir vivo y así fue como buscó morir. Terminó grave, al borde de la muerte y fue Bill quien lo salvó.

«Sabes por qué lo hizo, ¿verdad?», le había preguntado Bill, quien se encontraba sentado al lado de la camilla de Tom, transfiriéndole sangre directamente.

La peli negra negó con la cabeza, sin poder quitarle la mirada de encima al de trenzas, quien yacía inconsciente frente a sus ojos.

En ese momento aun no aceptaba sus sentimientos por él ¿y cómo podría? Tom era un monstruo que buscaba llevarla a la oscuridad todo el maldito tiempo.

«Lo hizo por ti»

«Él... nunca antes había enloquecido de esta forma, mucho menos por alguien. Cuando vivíamos en Tokio, fui yo el que perdió la cabeza. Lo hice por Yumi. Y ahora Tom... perdió la cabeza por ti. La noche en Heaven lograste conocer su oscuridad, pero es más grande que eso, mucho más grande»

Y vaya que lo es.

«Tom es letal, Artemisa, pero tú también lo eres. Y no sé cómo carajos terminará eso. Ambos han sido hechos para destruir y al final del día, solo puede haber un ganador... O dos perdedores»

Bill tenía razón. Y ahora no sabe si ella ganó o si... ambos se convirtieron en perdedores después de haberse atrevido a jugar con fuego.

—Te necesito —lo escucha murmurar, regresándola al presente.

Eleva la mirada, notando que sus ojos marrones se han tornado acuosos, al igual que los suyos. Un nudo extraño lleno de dolor se extiende por su pecho.

Darkness feel like homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora