37| Who's the traitor?

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⚜︎ N A R R A D O R ⚜︎




No hay salida.

Nunca ha existido alguna desde que Artemisa conoció a Tom. Ambos unieron sus caminos hace mucho y no hay vuelta atrás.

Artemisa al principio lo detestaba, lo odiaba con cada molécula de su ser, y no era para menos. ¡Fue él quien había asesinado a su madre! Él y su hermano gemelo, quien también es otro psicópata.

Hace seis años exactamente, la peli negra creía que estaba rodeada de monstruos sin corazón, de demonios despiadados que lo único que sabían hacer era destruir... Ahora se da cuenta que ella es exactamente igual. No puede ocultarlo más, pero es tan confuso...

Su lado letal y peligroso solo sale a flote cuando está cerca de Tom, sobre todo cuando nota que alguna zorra planea cogérselo. Eso nunca sucedería. Tendrían que pasar sobre su puto cadáver antes de hacer algo como eso.

Su sangre hierve tan solo al imaginarlo.

Respira profundo y cuando se calma, vuelve a enfocar la mirada en la autopista. Conduce a toda velocidad por las calles de Rio de Janeiro en las primeras horas de la mañana. Los finos rayos de sol recaen sobre su piel, la brisa hace que sus cabellos revoloteen y... en otro momento lo disfrutaría, pero hoy definitivamente no puede permitirse ese lujo.

Desea acabar con esta situación lo antes posible, no quiere que Tom termine asesinando a Levi, no quiere perder a la única persona que estuvo a su lado cuando más lo necesitaba.

La destruiría en cientos de pedazos.

Pocos minutos después, estaciona el auto de Tom afuera de la mansión que compró para su hija, auto que tomó «prestado», si tomar las llaves del mismo mientras su dueño dormía se podría considerar como un préstamo.

Se pone de pie frente a la puerta principal, toma una bocanada de aire y toca el timbre. El sonido se escucha por todo el lugar y en cuestión de segundos, la persona que busca aparece frente a ella.

Tiene la pierna vendada y cojea un poco,  pero es casi imperceptible.

—Hola —se saludan al unísono.

Levi la escanea de pies a cabeza. Nota que lleva puesta una camiseta que es obvio que no es suya, un pequeño bolso colgando de uno de sus hombros y sujeta una bolsa de papel en la que se logra ver una tela muy parecida al vestido que llevaba puesto la última vez que la vio.

El estómago se le encoge. No hace falta ser un genio para adivinar qué fue lo que sucedió para que esta mañana Artemisa lo mire como si fuera a darle la peor noticia de su vida.

—¿Tienes hambre? —pregunta él, intentando romper el hielo. Artemisa pasa por su lado e ingresa a la mansión.

—Desayuné antes de venir —el rubio asiente—. ¿Cómo está tu pierna?

—Bien. Me quité la bala y cocí la herida, no fue muy grave —ella hace una mueca que hace reír a Levi—. Tranquila, lo he hecho antes.

—Sí..., olvidaba que fuiste marine.

El rubio no dice nada.

Artemisa se remueve incómoda. Ha notado la forma en que Levi se ha detenido a mirar la camiseta que usa y sabe que no hace falta decir algo al respecto, esta prenda de ropa, su cabello húmedo y los retazos rotos de su vestido han dicho todo.

Darkness feel like homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora