Las notificaciones de su teléfono lograron despertarla. Eugenia llevaba lo que se sentían como días durmiendo y aquel sonido insistente se coló entre sus sueños para devolverla a la realidad. Había vuelto a soñar con él. Con ese tiempo en el que disfrutaba de enterrar sus dedos en su abundante y sedoso cabello oscuro, mientras oía ese ronquido suave pero persistente que había llegado a amar. Un pasado demasiado lejano que se empecinaba con regresar frecuentemente en las noches. Se había convencido de que estaba olvidado, que formaba parte de la historia de su vida, como sus cumpleaños infantiles o sus excursiones estudiantiles, pero en el fondo sabía que no era así. Habían pasado más de diez años y aún lograba colarse en sus sueños, sobre todo en los de días, como el que había vivido, donde todo había salido mal. Era como si ese lugar reconfortante que había ocupado en el pasado quisiera perpetuarse. Pero ya no estaba. Esa era la única verdad, una a la que debía adaptarse aunque su mente intentará señalar lo contrario.
-Ya voy, ya voy.- dijo al descubrir que no solo era su celular el que sonaba.
Se levantó del sillón en el que se había quedado dormida y se tomó el cuello arrepentida de aquella incómoda posición en la que se había quedado dormida.
-¿Cómo no estás vestida todavía? Te está buscando medio país.- dijo Dolores mientras ingresaba a aquel departamento pequeño pero acogedor y sacudía sus manos con entusiasmo.
-No entiendo. ¿Qué pasó? Estaba durmiendo, tuve un mal día en el trabajo y no tenía ganas de nada.- le respondió Eugenia a su amiga desde la universidad, periodista como ella, que actualmente había sido ascendida en el periodico en el que se desempeñaba como editora.
-¿Mal día? Creo que tenemos un concepto demasiado distinto de lo que significa eso.- le respondió Dolores mientras accionaba la computadora de Eugenia y comenzaba a teclear.
-Me mandé una al aire, creo que..- comenzó a decir mientras intentaba entender la multiplicidad de mensajes en su teléfono .
-En eso sí estoy de acuerdo. Te mandaste una grande amiga. Sos trending topic desde hace una hora, la gente te quiere escuchar. Se identificaron con lo que dijiste al aire y están eufóricos por verte en acción.- le explicó Dolores mientras daba play a uno de los miles de videos que la mostraban diciendo aquella frase que representaba a miles de personas que estaban cansadas de sentir que la justicia no era justa.
Eugenia se refregó los ojos y sin poder creer lo que veía cubrió su boca con sus manos para volver a mirar a su amiga.
-Esta es tu oportunidad. Sos muy buena en lo que haces y es hora de que todo el mundo lo vea. - le dijo su amiga con genuina admiración.
Eugenia esbozó una ligera sonrisa mientras apretaba sus labios.
-Y... ¿Qué se supone que debo hacer ahora?- le preguntó sin terminar de entender cómo debía tomar lo que estaba sucediendo.
-¡Tenes que aprovechar, obvio!- respondió Dolores mientras giraba una silla para sentarse y le hacía un gesto a Eugenia para que la acompañara.
-Llamá al canal, aunque estoy segura de que ya lo hicieron ellos. Tenes que ir a cubrir ese juicio, la gente te tiene que ver en acción, como en los los viejos tiempos cuando no parabas hasta encontrar la verdad, tenes que estar ahí, revisar el caso, buscar lo que no te cierre y contarlo todo. ¿Este es tu sueño no?- hablaba con una mezcla de excitación y deseo. Había sido su amiga desde la primera clase que habían compartido, conocía su perseverancia, su forma de trabajar, sus fortalezas y su gran corazón, ese que había visto romperse en mil pedazos una vez y que estaba segura que se encontraba blindado desde entonces. Deseaba volver a ver el brillo en sus ojos, deseaba verla tan feliz como en el pasado.
-Sí, pero no sé si es la forma.- le respondió Eugenia con genuino temor.
-Hoy en día es la forma. Olvídate de lo que aprendimos en la facultad, hoy todo pasa por las redes y ahí sos una estrella, si queres llegar a un noticiero de verdad tenes que ir a cubrir ese juicio como sea, Estoy segura de que lo vas a hacer ... espectacular.- le dijo su amiga tomando su mano sobre la mesa para darle énfasis a sus palabras.
Eugenia la miró deseando poder creer lo que su amiga le decía. Todo le daba vueltas en su cabeza, las decisiones determinantes nunca habían sido su fuerte, se mostraba segura frente a la cámara, podía rendir exámenes sobresalientes y verbalizar copetes brillantes, pero a la hora de elegir para sí misma todo se volvía dificultoso. Volvió a mirar a Dolores, su sonrisa de dientes blancos en contraste con su piel morena la llevaron a querer creer en su mirada expectante. Conocía a una sola persona que sabía darle seguridad a la hora de elegir y paradójicamente esa misma persona era la que la había dejado sola en la decisión más importante de su vida.
Suspiro en busca de algo de tiempo y cuando iba responder su teléfono comenzó a sonar.
Dolores leyó la pantalla y sonrió con satisfacción.
-Te lo dije.- dijo aumentando el tamaño de su sonrisa y antes de que Eugenia llegara a atender se puso de pie y soltó su mano.
-Vamos a empacar...- fueron sus próximas palabras cargadas de una alegría que no terminaba de contagiar a Eugenia, quien sin más remedio tomó la llamada del jefe del canal para el que trabaja impostando esa voz de periodista seria que todo el mundo, que no era su mundo real, conocía.
Se suponía que era la oportunidad que había estado esperando toda su vida, el momento en el que sus sueños se acercaban más a la posibilidad de hacerse realidad, ese evento que hace que todo lo resignado, el esfuerzo y los años de trabajo duro valgan la pena. Lo sabía, por eso no entendía porque no podía estar completamente feliz, o mejor dicho, lo sabía muy bien, pero no estaba dispuesta a desperdiciarla una segunda vez en su vida.
-¿Puedo armar mi propio equipo?- preguntó luego de aquel pedido que no la sorprendió y cuando la respuesta fue afirmativa decidió que era momento de ir por lo que siempre había soñado, aunque el sueño original hubiera incluído a alguien más.

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Preguntame lo que quieras
RomanceMaría Eugenia es una periodista en ascenso. Ha postergado todo en su vida para llegar a dónde quiere, por eso no duda en embarcarse en la cobertura del que promete, será el juicio del año en las afueras de la provincia de Buenos Aires. Lo que ella n...